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En preparadorlengua.com hemos iniciado el camino del cambio y la adaptación de todos los procesos que integran la parte de Didáctica (aplicaciones, propuestas, programaciones y unidades didácticas) al futuro currículo de la LOMLOE.
Nos paramos ahora a analizar en una serie de entradas el borrador del futuro currículo LOMLOE de nuestra materia. La mejor forma de planificar las reglas que regirán el nuevo contexto normativo, de aplicación directa a las oposiciones de Lengua y Literatura de 2023, es la de trabajar con la propuesta de desarrollo normativo desde el primer momento. Así lo están haciendo la mayor parte de las editoriales con la edición de los nuevos libros de texto adaptados al currículo LOMLOE.
Nos encontramos en un escenario en el que toda novedad y cambio se prefiguran y anuncian en borradores de futuras Leyes. Las referencias al mismo son continuas y apremiantes. Ya estuvimos analizando los cambios que incorpora el borrador del Nuevo sistema de acceso en una entrada de hace unos meses . Debemos, pues, presentarnos a la Norma como sus compañeros de viaje a lo largo de varios cursos, acatándola y respetándola a pesar de que en ella hayamos localizado elementos que no nos acaban de convencer.
Enfocar bien el trabajo para las próximas oposiciones de Lengua castellana y Literatura
Iniciamos el trabajo apremiante basado en desentrañar, interpretar y comprender las claves legales y didácticas del nuevo currículo LOMLOE. Es muy necesario alcanzar a estar suficientemente familiarizados con ellas y saber aplicarlas excepcionalmente a ejercicios prácticos de didáctica y a la parte de la defensa de las oposiciones de Lengua castellana y Literatura de 2023 (programación y unidades didácticas).
La serie de entradas ,que esta primera inaugura, identifican un deseo de aproximación a los principales elementos que integran y prefiguran el aspecto de la futura Norma, analizados todos ellos a partir de un documento provisional, cual es el borrador legislativo que aspira a convertirse en Real Decreto.
Con la convicción de que esto así será, y por abreviar, apuntamos, en lo sucesivo, a «la Norma», cuando, en realidad, deberíamos decir: «el borrador de la futura Norma».
Seguimos la literalidad de dicha Norma y su explicación dentro de las especificaciones concretas de cada apartado.
Los bloques funcionales de agrupación curricular (bloques I-IV) se transforman en bloques de competencias específicas
Se nos anuncia, desde la primera línea, que el eje vertebrador y articulador del currículo viene definido por las denominadas competencias específicas que, a priori, se relacionan con varias dimensiones:
- La interacción oral y escrita (adecuada a diferentes ámbitos y contextos en función de los propósitos comunicativos).
- Fomento del hábito lector.
- Interpretación de textos de carácter literario.
- “Apropiación” del patrimonio cultural.
Es importante reparar en el papel que se otorga a la reflexión metalingüística, la introspección a propósito del propio funcionamiento de la lengua. Se trata de un conjunto de herramientas óptimas para trabajar y desarrollar la conciencia lingüística y la mejora de la expresión, la comprensión y la recepción crítica.
Declaración de intenciones al proclamar que los objetivos fundamentales de la materia son la eficacia comunicativa y el uso ético del lenguaje
He aquí que con el nuevo currículo de la LOMLOE los tradicionalmente denominados contenidos transversales se convierten en protagonistas y emergen de su propia relevancia y notoriedad. Documentamos un conjunto de alusiones dirigidas a poner de relieve la necesidad del uso especial de la lengua al servicio de la convivencia democrática.
Otro de los aspectos a destacar es el del papel de la lengua en la resolución dialogada de conflictos y la construcción de lazos de carácter personal y humano, valores sustentados en el respeto y la superioridad que acoge el principio de igualdad entre las personas.
Las competencias específicas como un proceso de progresión
En efecto, estas competencias, reconducen la progresión del alumno desde el paradigma del acompañamiento a otro crecientemente autónomo.
Esta progresión acarrea una mayor diversidad y complejidad de las prácticas discursivas, pues el alumno deberá saber aplicar el uso de la lengua en los ámbitos que le son cercanos e integran su contexto vital: el educativo y el social.
Asimismo las competencias específicas se encaminan a fortalecer de manera óptima dimensiones como el conocimiento de las convenciones literarias y del contexto histórico con la comprensión de textos literarios.
En definitiva, se trata de lo nosotros venimos trabajando con el análisis histórico-literario, en todas sus variedades de saber y hermenéutica: el conocimiento de la mentalidad, la ideología, filosofía y cultura de época a través del texto vivo.
Las competencias específicas se desglosan en criterios de evaluación
Nuestros opositores saben que siempre hemos afirmado, en el contexto de una adecuación terminológica compartida con la de muchos pedagogos y con la de los inspectores de educación (verdaderos «jurisprudentes educativos») , a pesar de que las Leyes no lo dicen de manera expresa, pero sí tácita, que los criterios de evaluación son verdaderos y exclusivos objetivos de materia.
Hace tiempo que desapareció el dominó de metas y objetivos: objetivos didácticos/ objetivos de materia /objetivos de área/objetivos de etapa. Ahora encontramos competencias específicas (primer nivel de concreción de bloques de capacitación) y criterios de evaluación (objetivos de la materia y referentes de evaluación al mismo tiempo).
Para cada competencia específica se desarrollan y enuncian criterios de evaluación que son los que nos informarán del nivel de desempeño del alumno. Con la LOMCE venimos midiendo dicho nivel de desempeño así como el grado de adquisición de las competencias mediante los estándares de aprendizaje evaluables.
Estos nuevos criterios, por tanto, tienen un claro enfoque competencial y se orientan dentro del paradigma proceso-producto.
Diferentes instrumentos de evaluación
Para afianzar y consolidar el anterior paradigma, es decir, alcanzar los criterios y, gracias a ello, llegar a conseguir el nivel de logro adecuado de las competencias, se hace necesario el uso de herramientas e instrumentos que permitan desarrollar mejor el proceso mediante el diagnóstico y la mejora continuas.
Los nuevos contenidos ahora se denominan «saberes básicos»
Los denominados por la futura Norma como «saberes básicos» son verdaderas especificaciones de los contenidos que deberemos trabajar en cada curso. No son ni estándares ni criterios. Por eso el borrador de la Norma alude a ellos en términos de «movilización». Lo propio hace la LOMCE con los «contenidos» que debemos planificar y movilizar mediante el uso de una metodología óptima y adecuada para cada propósito con el objetivo último de alcanzar un adecuado nivel de logro de las competencias clave.
Se espera del alumnado que sea capaz de movilizar los saberes básicos en situaciones comunicativas reales propias de los diferentes ámbitos.
De ahí la importancia de vertebrar la programación de aula en torno a un conjunto de situaciones de aprendizaje contextualizadas, significativas y relevantes, atendiendo a su gradación y complementariedad.
El objetivo es que, al término del año escolar, se hayan trabajado de manera proporcionada todos los saberes básicos incluidos en el currículo.
Por hoy, sábado, es suficiente. Seguiremos desgranando, acotando e interpretando de la mejor manera posible en sucesivas entradas las claves del futuro currículo LOMLOE con la intención de actualizar los recursos que utilizaremos en la preparación de las próximas oposiciones de Lengua y Literatura.
Me gustaría saber el precio de preparación de la parte didáctica, la unidad didáctica, y si son temas elaborados me gustaría tb saber qué precio tienen.
Un saludo