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Respondemos en este artículo a una cuestión que nos han planteado algunos opositores y opositoras, cual es la relativa a los criterios de calificación de las oposiciones de Lengua castellana y Literatura y las plantillas de valoración de la programación didáctica y la unidad/situación de aprendizaje.
En el presente monográfico trataremos de responder a esta cuestión, desde nuestra experiencia como preparadores, así como arrojar luz sobre la problemática relacionada con los principios de la evaluación en las oposiciones, dado su impacto y relevancia en la conformación de la calificación.
¿Para qué sirve seguir un norte claro con un planteamiento preparador que contemple todas las clases de criterios de calificación?
Como dijimos en un artículo anterior relacionado, podemos diferenciar varias clases de criterios de calificación:
- Criterios de valoración generales, aplicables a todas las especialidades.
- Criterios específicos de valoración del área de Lengua castellana y Literatura.
- Plantillas y criterios de calificación de las oposiciones de Lengua castellana y Literatura.
Pues bien, nuestro trabajo de preparación está orientado a conseguir un elevado nivel de logro en los criterios antedichos, pues nos encontramos ante verdaderos objetivos. El trabajo del día a día, por tanto, ha de dirigirse a la consecución de todos y cada uno de los objetivos que rigen la valoración de todas las partes de las oposiciones.
Como dijimos, abundando en la explicación de las diferencias, los criterios de valoración generales suelen ser bastante inespecíficos y abarcadores en prácticamente todas las comunidades autónomas. En ausencia de estos criterios generales, debemos estar a lo dispuesto en las bases de las respectivas convocatorias.
Los criterios de valoración específicos de la materia, en ausencia de los anteriores, concretan los niveles que se deben alcanzar. Suelen enunciarse con mayor exhaustividad y concreción. Lo normal en casi todos los procesos selectivos es que coincidan con los anteriores. Esta igualdad se genera a partir de la consideración una base identitaria de conceptos pedagógicos y didácticos extrapolables a todas las materias.
Los criterios más importantes y determinantes son los que se agrupan en el apartado c). Nosotros solemos conocer las plantillas de valoración de los tribunales a posteriori, pues la mayoría de tribunales las custodian con celo y total opacidad. Conocerlas puede aportar un plus a la calificación final, pues orientan de forma eficiente nuestra formación y capacitación, en pos de los objetivos en ellas plasmados.
La elaboración de materiales y recursos ¿tiene que hacerse tomando como referencia los criterios de calificación de las oposiciones?
La buena elaboración de recursos es la que mira a los objetivos que pretendemos alcanzar. Crear materiales de espaldas a ellos obvia la principal ventaja del esfuerzo óptimo y bien planificado.
La evaluación orienta contenidos y metodología. Se trata de una idea que debe estar clara desde el primer momento. Trabajamos contrarreloj para superar un proceso de oposiciones con la mejor calificación posible.
Para identificar y fijar los objetivos que queremos alcanzar, primero debemos conocer los criterios reales que manejan la mayor parte de los tribunales para aplicarlos a todas las dimensiones de la preparación. Se trata de reflexionar acerca de cuestiones tan básicas, pero, a la vez, tan relevantes como las siguientes:
- ¿Qué aspectos valoran en mayor medida los tribunales?
- ¿Qué se pide en las defensas de programaciones y unidades?
- ¿Cuáles son los apartados y subapartados por los que hay que pasar sí o sí?
- ¿Cómo se construye el sumatorio de la calificación final?
Conocer la respuesta a estas cuestiones permite preparar de forma eficiente y útil. Asimismo, planificar y temporalizar adecuadamente la consecución de los criterios nos permite aprovechar al máximo el poco tiempo con el que se cuenta.
¿Qué apartados valoran los criterios de calificación de las oposiciones de Lengua castellana y Literatura?
A lo largo de nuestra trayectoria hemos hablado con muchos miembros de tribunales y todos han coincidido en lo mismo: metodología, ejercicios, actividades y tareas, y evaluación son los bloques con mayor peso en la calificación total, afirmación corroborada por las propias plantillas de calificación que manejamos en nuestra preparación.
Se trata de dos apartados en los que se revela un buen plan de actuación docente. Las aulas de hoy se caracterizan por la heterogeneidad, la diversidad cultural y social, por la desmotivación del alumnado y, en ocasiones, por la disrupción. Aplicar una adecuada metodología que contemple tal realidad y que, además, sea creíble y sensata, es uno de los aspectos a los que se presta mayor atención por parte de los tribunales.
Por otra parte, la evaluación competencial se encuentra, una vez más, en el centro de la polémica educativa (ya pasó con la LOMCE y sus estándares de aprendizaje evaluables). A día de hoy, un elevado número de profesores y profesoras sigue sin entender el modelo de evaluación competencial, desde la base de los nuevos referentes de evaluación de la LOMLOE: competencias específicas, criterios, descriptores operativos del Perfil de Salida y objetivos de etapa. Es por esto que los tribunales miran con lupa el programa de evaluación de los opositores en sus programaciones y unidades/SSdA. Una vez más, es importante conocer los criterios de calificación de las oposiciones de Lengua y Literatura que se aplican en este apartado.
El peso de la defensa
Esta parte del proceso selectivo tiene dos dimensiones fundamentales: la documental y la oral (exposición). A este apartado, según las comunidades autónomas, suele asignársele una calificación de 1 a 2 puntos del total. No basta con entregar unos buenos documentos y materiales de apoyo: también hay que saber defenderlos de manera firme y convincente. En este sentido, los opositores y opositoras utilizan mucho el aserto de que «hay que convencer y hacer creíble la defensa». En este punto será fundamental una buena oratoria, dicción, claridad, fluidez, coherencia y cohesión discursivas, un proyecto motivador y bien organizado, etc. Es fundamental escribir en la pizarra los apartados, subapartados, interrelaciones, tablas…sin parar de hablar y de explicarlos.
¿Por qué son un arcano las plantillas de valoración?
Como hemos dicho, las plantillas de valoración o calificación son herramientas que intervienen directamente en la construcción de la calificación de la parte B de la programación/UD/SdA. ¿Entonces? En preparadorlengua.com trabajamos con plantillas de criterios de calificación de oposiciones de Lengua castellana y Literatura de diversas comunidades autónomas. Estas plantillas, curiosamente, apenas difieren de unas comunidades autónomas a otras, pues están cortadas por un patrón similar, que, estructuralmente las hace muy parecidas.
Construir programaciones , unidades o situaciones de aprendizaje, que, punto por punto, respeten los ítems de valoración nos ha devuelto , gracias a nuestros materiales elaborados de acuerdo a los criterios de valoración un alto número de aprobados/as con calificaciones sobresalientes.
El caso contrario: vagar sin rumbo en una errada travesía preparadora
También nos hemos encontrado a opositores/as que venían de vagar en el desierto. Habían recorrido un camino infructuoso e inútil. Años de vida malgastados en métodos de preparación propios y ajenos inefectivos. Días y noches perdidos. En estos casos hemos conocido, no sin pena, realidades de preparación que se apartan del buen enfoque.
En un plan orientado a alcanzar unos objetivos claros y planificados, como todo en la vida, se encuentra la clave para aprovechar y encauzar adecuadamente una buena capacitación; algo que puede ahorrar la frustración de haber perdido oportunidades laborales y años de vida.
La carencia de planificación deviene en caos. En un campo tan amplio de estudio, con tantas ramificaciones y parcelas diferenciadas, es importantísimo saber organizar todos los componentes de manera adecuada, e integrarlos en el puzle preparador de forma realista y efectiva. Esta tarea reclama un uso efectivo y provechoso de herramientas diseñadas en base al conocimiento y la experiencia. Es el requisito mínimo que debe cumplir un sistema formativo encaminado al logro de unos resultados de excelencia: que facilite materiales y recursos que reduzcan la carga de trabajo en más de un 70% y, además, ofrezcan la confianza de estar bien diseñados y enfocados. En tal precepto se encuentra la clave de bóveda para sacar unas buenas calificaciones.