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¿Contextualizamos?

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    Nueva propuesta textual para seguir preparando la parte de la contextualización de textos literarios dentro del periodo al que pertenecen.

    Para preparar el análisis debéis prestar atención en esta ocasión a los referentes textuales, la lengua literaria (en el lingüístico-filológico) y el estilo, elementos todos ellos fundamentales para explicar la evolución del género.

    TEXTO:

    Quando estas cosas el atormentador cavallero me iva diziendo, sobíamos una sierra de tanta altura que a más andar mi fuerca desfallecía; y ya que con mucho trabajo llegamos a lo alto della acabó su respuesta; y como vido que en más pláticas quería ponelle yo, que comencava a dalle gracias por la merced recebida, súpitamente desapareció de mi presencia.

    Como esto pasó a tienpo que la noche venía, ningund tino pude tomar para saber dónde guió. Y como la escuridad y la poca sabiduría de la tierra me fuesen contrarias, tomé por propio consejo no mudarme de aquel lugar.

    Allí comencé a maldezir mi ventura , allí desesperava de toda esperanca y allí esperava mi perdimiento.

    Assí estuve toda la noche en tristes y trabajosas contenplaciones; y quando ya la lunbre del día descubrió los canpos, vi cerca de mí, en lo más alto de la sierra, una torre de altura tan grande que me parecía llegar al cielo; era hecha por tal artificio, que de la estrañeza della comencé a maravillarme; y puesto al pie, aunque el tienpo se me ofrecía más para temer que para notar, miré la novedad de su lavor y de su edificio.

    El cimiento sobre que estava fundada era una piedra tan fuerte de su condición y tan clara de su natural qual nunca otra tal jamás avía visto, sobre la qual estavan firmados quatro pilares de un mármol morado muy hermoso de mirar.

    Eran en tanta manera altos que me espantava cómo se podían sostener; estava encima dellos labrada una torre de tres esquinas, la más fuerte que se puede contenplar; tenía en cada esquina, en lo alto della, una imagen de nuestra umana hechura, de metal, pintada cada una de su color: la una de leonado y la otra de negro y la otra de pardillo; tenía cada una dellas una cadena en la mano asida con mucha merca.

    Vi más encima de la torre un chapitel sobre el qual estava un águila que tenía el pico y las alas llenas de claridad de unos rayos de lunbre que por dentro de la torre salían a ella; oía dos velas que nunca un solo punto dexavan de velar.

    Yo , que de tales cosas justamente me maravillava, ni savia dellas qué pensase ni de mí qué hiziese; y estando conmigo en grandes dubdas y confusión, vi travada con los mármoles dichos una escalera que llegava a la puerta de la torre, la qual tenía la entrada tan escura que parescía la sobida della a ningund onbre posible.

    A veces las alusiones pueden hacernos perder la perspectiva y confundirnos en el encuadre genérico del texto. De esta manera, la alusión al “cavallero” podría introducirnos en el género de la novela de caballerías, tan del gusto del siglo XV, con referencias tan señeras como Amadís de Gaula (1508).

    No obstante, el texto pertenece a Cárcel de amor (1492)  de Diego de San Pedro dentro del género de la ficción sentimental. Estuvimos tratando el comiendo de dicha obra en una entrada pasada.

    Fijamos algunas ideas que subtienden ciertos indicios de contextualización.

    El «cavallero de amor»

    Nos encontramos en un momento en el que se prepara el tránsito de la Edad Media al humanismo. El tipo social cortesano es el que predomina en la lírica y la prosa. “Cavallero”, por tanto, apunta a la idea del cortesano, el que vive en la Corte y padece la herida amorosa, tema tan frecuente en la lírica de cancionero y en las ficciones sentimentales.

    La lengua literaria

    Atendamos a las características lingüísticas y gramaticales de la lengua (comentaremos el estado de las grafías, la morfología, la tendencia sintáctica cultista de raigambre latina, etc.).

    La caracterización narratológica

    Desarrollamos aquí todos los elementos que se encuentran en consonancia con la explicación tipológica del texto, según el planteamiento de estudio genérico que venimos desarrollando.

    La alegoría

    Notemos la presencia de la Divina Comedia (hacia 1321) en el texto, a pesar de que este procedimiento pertenece a la tradición literaria medieval. Ofrece el texto una disposición de alusiones claras y reconocidas (ya estuvimos comentando este asunto en los análisis de Laberinto de Fortuna (1444)).

    La evolución de la prosa

    Nos encontramos en un momento en el que se ha avanzado en el desarrollo complejo de este género. Apuntemos, como hecho significativo, el carácter elaborado del texto (abundan por doquier figuras de pensamiento, sintácticas, etc.).

    El «martire amoroso» y el “amor cortés”

    Nos detendremos en elaborar esta aportación y su proyección intertextual dentro de la tradición y evolución folclórica del fondo trovadoresco de la lírica del humanismo renacentista.

    Para llevar a cabo la labor de contextualización es significativa una forma de proyectar la entrada en el texto como quería don Ramón Menéndez Pidal: la admiración que provoca el conjunto sígnico del texto en relación al símil con una catedral gótica: la luminosidad, el silencio…El texto revela su propia semiótica en indicios claros de una época y periodo. Debemos desentrañarlos y explicarlos en su intencionalidad y propósito.

    1 comentario en «¿Contextualizamos?»

    1. La mención al «cavallero» y su súbita desaparición, como si de un ser sobrenatural se tratara, me hace pensar en una obra ubicada dentro de la corriente de la literatura ficcional caballeresca. No obstante, la ausencia de antropónimos dificulta la identificación exacta dado que nos movemos en un género prosístico, el de caballerías, que proliferará en castellano en el siglo XIV y tendrá continuidad en el XV. Para una datación más exacta, la utilización generalizada de la grafía «v» («estava», «maravillava», «llegava») no hace sino confirmar la hipótesis, pues su uso se extiende en el siglo XV, pero ya es frecuente en la segunda del siglo anterior. Algo parecido demuestra el uso del imperfecto con «-ía» («sabíamos», «venía»). En cualquier caso, el hecho de que ya se haya perdido la partícula «ó» y, en su lugar, se utilice «dónde», creo que ubica el texto, si no en el siglo XV, si próximo a él.

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