Aquí os dejo este soneto. Ya la forma ha de dirigirnos al periodo. Otros motivos que también están presentes ayudarían en esta ardua tarea del estudio literario dentro de la parte práctica de la oposición de lengua.
Obsérvese la prominencia formal del demostrativo y los diferentes referentes extralingüísticos en relación con el fondo estético y temático de época.
Estos los sauces son y esta la fuente,
los montes éstos, y esta la ribera
donde vi de mi sol la vez primera
los bellos ojos, la serena frente.
este es el río humilde y la corriente,
y ésta la cuarta y verde primavera
que esmalta el campo alegre y reverbera
en el dorado Toro el sol ardiente.
Árboles, ya mudó su fe constante,
mas, ¡oh gran desvarío!, que este llano,
entonces monte, le dejé sin duda.
Luego no será justo que me espante,
que mude parecer el pecho humano,
pasando el tiempo que los montes muda.
La descripción del paisaje nos orienta hacia el simbolismo propio del periodo humanista. La pervivencia del motivo de la naturaleza (recuérdese la evolución desde el concepto de huerto medieval, al jardín), la proyección del estado anímico, la importancia de la mirada. Toda la base neoplatónica sustenta el fuerte impulso sentimental del lugar cercano («estos»). Isotopías de las lágrimas: sauces y fuente. También aparecen elementos del amor cortés: sol (reiterado en dos ocasiones). Esta composición pertenece a las Rimas humanas y divinas de Lope de Vega al que ya tratamos en otras entradas.