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¿Contextualizamos?

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    Inicio del comentario literario: leer con atención el texto y comprender el sentido del mensaje

    Nuevo texto que nos ayudará a seguir entrenándonos en el ejercicio práctico de contextualización razonada de las oposiciones, incluyendo comentarios literarios de poemas de autores de la generación del 27 como Cernuda. Como siempre, hemos de apreciar las influencias y las fuentes que operan en la forma y en el contenido. Notemos la «irracionalidad» tipo I de acuerdo con Carlos Bousoño.

    Te lo he dicho con el viento,
    jugueteando como animalillo en la arena
    o iracundo como órgano impetuoso;
    
    Te lo he dicho con el sol,
    que dora desnudos cuerpos juveniles
    y sonríe en todas las cosas inocentes;
    
    Te lo he dicho con las nubes,
    frentes melancólicas que sostienen el cielo,
    tristezas fugitivas;
    
    Te lo he dicho con las plantas,
    leves criaturas transparentes
    que se cubren de rubor repentino;
    
    Te lo he dicho con el agua,
    vida luminosa que vela un fondo de sombra;
    te lo he dicho con el miedo,
    te lo he dicho con la alegría,
    con el hastío, con las terribles palabras.
    
    Pero así no me basta:
    más allá de la vida,
    quiero decírtelo con la muerte;
    más allá del amor,
    quiero decírtelo con el olvido.

    La distancia entre la realidad y el deseo

    Este poema pertenece a Los placeres prohibidos (1931) de Luis Cernuda, perteneciente, a la escuela o generación poética del 27. En esta obra vierte su sensibilidad atormentada y la imposibilidad de consumar sus deseos y sus aspiraciones amorosas. El paralelismo en la composición se relaciona con el deseo de expresión amorosa. El verbo de lengua proclama las ansias de exteriorizar la inquietud y el ansia de comunicación. En otro poema, la condicional irreal: «Si el hombre pudiera decir…» nos ofrece la idea de imposibilidad y la impotencia de no poder expresar todo cuanto se siente. Se acentúa, por tanto, la distancia entre la realidad y el deseo y ello genera angustia y desesperación.

    La soledad humana como motivo constante en la literatura de Cernuda

    La soledad amorosa lo es también comunicativa. Lo veíamos en otra entrada. Los elementos naturales, hacen posible el nexo entre la realidad interior y la exterior (apreciemos el simbolismo) y dejan al descubierto las emociones esenciales, la introspección personal y sentimental.

    Por supuesto, estas emociones adquieren una función simbólica de carácter dramático. La constante oposición entre vida luminosa/ sombra, vida/muerte; amor/olvido se inscriben dentro de la tupida red de connotaciones que genera dramatismo, inquietud y tensión.

    Cernuda frente al desengaño

    La definición del universo poético de Cernuda dimana de una causalidad bastante recurrente y firme en todos sus poemas: la distancia entre la soledad y el deseo genera angustia, aislamiento, dolor. Este aislamiento engendra una soledad no elegida, pero con la que se dialoga. Veamos, por ejemplo, su famoso poema «Soliloquio del farero». En este ámbito el desgarro es un elemento capital para entender la fuerza y el arrojo de un poeta que, contra la adversidad, se sabe vivo y nos transmite su dolor sincero y su frustración por no poder alcanzar la realización amorosa. Vemos un caso parecido en Lorca, para cuya ilustración recomendamos la lectura del poema: «Niña ahogada en un pozo».

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