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Proponemos un nuevo texto para el ejercicio de contextualización lingüística y literaria de las oposiciones. Observemos un aspecto muy concreto, cual es el de la conceptualización de «clerecía», no solo como una inclinación a la práctica religiosa sino también desde un punto de vista cultural, ideológico y educativo bastante más amplio- en línea con la mentalidad y la cultura medievales. Subrayemos los saberes de la época ( «Trivium et Quadrivium») . Indaguemos en el concepto de clerecía y cómo este da lugar a una serie de obras doctas, diferenciadas de las de juglaría. He aquí una diferencia fundamental: la mejora del conocimiento crece, germina y se expande mediante la educación. El magisterio recibido del Maestro («Maestro, tú m crïeste…»), la observancia de preceptos fundamentales de conocimiento científico y una buena instrucción representaban los principios fundamentales de una buena educación.
«Maestro, tú m crïeste, por ti sé clerezía;
mucho me as bien fecho, graçir non tel sabría;
a ti me dio mi padre quand siet’ años avía,
porque de los maestros aviés grant mejoría.
»Assaz sé clerezía quanto m’es menester,
fuera tú non es omne que me pudiés vençer;
connosco que a ti lo devo gradeçer,
que m’ enseñest las artes todas a entender.
»Entiendo bien gramática, sé bien toda natura,
bien dicto e versífico, connosco bien figura,
de cor sé los actores, de livro non he cura;
mas todo lo olvido, ¡tant’he fiera rencura!
»Bien sé los argumentos de lógica formar,
los dobles silogismos bien los sé yo falsar,
bien sé a la parada mi contrario levar;
mas todo lo olvido, ¡tanto he grand pesar!
»Retórico só fino, sé fermoso favlar,
colorar mis palabras, los omes bien pagar,
sobre mi adversario la mi culpa echar;
mas por esto lo he todo a olvidar.
»Aprís toda la física, só mege natural,
connosco bien los pulsos, bien judgo ‘l orinal;
non ha, fuera de ti, mejor nin ome tal;
mas todo non lo preçio quant’un dinero val.
»Sé por arte de música por natura cantar;
sé fer sabrosos puntos, las vozes acordar,
los tonos com’empiezan e com deven finar;
mas no m puede tod’esto un punto confortar.
»Sé de las siete artes todo su argumento;
bien sé las qualidades de cad’un elemento;
de los signos del sol siquier del fundamento,
nos me podriá çelar quanto val’ un açento.
»Grado a ti maestro, assaz sé sapïençia,
non temo de riqueza aver nunca fallençia;
mas bivré con rencura, morré con repentençia,
si de premia de Dario non saco yo a Greçia.
Efectivamente, como comentas, Rocío, el fragmento pertenece al Libro de Alexandre. Comentábamos que el concepto de clerecía ha de entenderse desde una amplia perspectiva, de enseñanza y conocimiento. El «speculo» de reyes va a tener honda raigambre en la prosa posterior. Señalábamos que tanto «Trivium» como «Quadrivium» formaban parte del programa docente de aquellos destinados a reinar. La clerecía es sinónimo de cultura y educación. Según parte de la crítica, esta obra bien podría ser un ejemplo de «speculum princeps». También, y en este caso concreto, como en muchos otros que encontraremos, es importantísimo apreciar las diferencias estróficas entre la «clerecía canónica» (representada por Berceo y su Escuela) y la clerecía más libre del Arcipreste de Hita, como estuvimos viendo en la composición de la entrada del 13-9-
Mester de clerecía ….. BERCEO?