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Hace un tiempo dedicamos otra entrada a la gestión del tiempo en los diferentes exámenes y partes de las oposiciones de Lengua castellana y literatura. Es importante tener presente la idea de que el tiempo, desde el primer momento, es una de las realidades que, en el sentido más puramente quevediano, irá siempre a la contra. La buena y adecuada gestión del conocimiento pasa por una acertada gestión del tiempo del que disponemos para demostrarlo. Son dos variables que se correlatan en sentido positivo.
Una de las evidencias de esta escasez temporal en todos los procesos, acaece también en el desarrollo del tema. Siempre he dicho que, en algunos casos, un solo tema equivale a una asignatura entera de Licenciatura en lso planes de estudio anuales. Sintetizar el conocimiento de forma que el tribunal quede convencido de nuestro grado de dominio científico de la parcela de conocimiento concreta es una labor muy compleja.
Elaborar un guion o plantilla previos
En el desarrollo es mejor manejar siempre un guion o plantilla que contemple los aspectos fundamentales (p.ej. en el tema 11 tendríamos que diferenciar la fonética y la fonología, describir el sistema vocálico, luego el consonántico, etc…). En definitiva, se trata de establecer la mejor forma de cubrir todos los puntos de la ciencia fonética y profundizar lo máximo posible en cada uno de los apartados. Estos se conciben como pilares fundamentales de la misma. Así, con toda seguridad, estaremos adecuando nuestro desarrollo teórico a las plantillas de valoración de cada tribunal. Estas plantillas contemplan los aspectos fundamentales y consabidos, en ocasiones concebidas bajo una idea demasiado amplia de la materia y nada específica.
Los primeros minutos son para preparar la bibliografía
Siempre recomiendo dedicar los primeros diez minutos a dejar cerrada la bibliografía comentada. El resto del tiempo habrá de administrarse de forma inteligente entre todos los epígrafes y apartados. Los temas, una vez extraídos del bombo, primero se cantan y después se escriben en el encerado. Este tiempo de escritura, una vez que ya tengo claro el tema que voy a desarrollar, será suficiente para dejar atado el apartado final de la bibliografía, obviamente no como un apartado desgajado y nada funcional, sino como un bloque fundamental que se imbrica con el desarrollo teórico, al que se echa mano dentro de la citación y el apoyo de la exposición con argumentos de autoridad.
La verdad es que dos horas dan para poco. Por eso es fundamental llevar preparado un temario que se adapte al tiempo establecido, sin olvidar principios básicos de desarrollo científico, solvencia y profundidad en el tema tratado.