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Analizamos en este artículo las particularidades del examen práctico de Oposiciones de Lengua de Andalucía de 2025.
Una prueba cuyas cuestiones se dejaron ver en los criterios de valoración de las Oposiciones de Lengua de Andalucía
En las clases semanales de preparación dijimos que en los criterios de valoración de Andalucía aparecían reflejadas algunas posibles cuestiones del examen práctico. Los criterios de valoración definidos en las bases de la convocatoria de las Oposiciones de Andalucía de 2025 presentaron planos muy claros y definidos de los que estas podrían dimanar:
- Textos de carácter literario y no literario.
- Cuestiones de morfología y sintaxis.
- Análisis intertextual y dialógico. Literatura comparada.
- Nivel pragmadiscursivo. Mecanismos de foricidad: coherencia y cohesión.
Constatamos así, que, una vez más, nuestras expectativas se han cumplido.
A continuación, analizamos las singularidades de la prueba práctica de las Oposiciones de Andalucía de 2025.
Ejercicio de intertextualidad y literatura comparada
Es este un rico ejercicio de análisis del dialogismo textual (Bajtín) en el que habría que realizar un trazado de los principales elementos identificativos que conforman las fuentes genéticas de la literatura y su trasiego y metamorfosis a lo largo de la historia literaria. Un ejercicio original y creativo consistente en trazar un itinerario de evolución de la imagen de mujer a lo largo de la literatura, la temática grave o trágica y el contexto social y cultural de las obras que determina la ambientación semiológica de la comedia humanística y el texto dramático. Las fuentes literarias hunden sus raíces en la antigua tragedia senequista.
Localizar y explicar de forma comparativa el texto A y el texto B en cuanto a la construcción de los personajes femeninos y su forma, así como el estilo y el género, junto con la temática y el contexto de los mismos».
TEXTO A
TEXTO B
Análisis sintáctico y cuestiones de morfología sobre una secuencia de Cien años de Soledad (1967).
Insistimos mucho en la importancia de preparar en profundidad estos dos planos, el sintáctico y el morfológico. Se trata de niveles necesarios para consolidar entrenamientos y ejercicios de análisis gramatical avanzado. Ya sea en palabras o en relación a secuencias textuales y discursivas, comprender las claves lingüísticas y gramaticales de la morfología y la sintaxis es un ejercicio prioritario en la preparación de estas oposiciones. Nuestros planes de trabajo semanales están diseñados en base a un principio constitutivo que confiere especial relevancia a cuatro niveles: el morfológico, el sintáctico, el literario y el pragmático.
Además, el análisis sintáctico es importantísimo para entender y explicar el esqueleto del texto y los elementos expresivos del mismo. Estas disciplinas gramaticales han de considerarse de manera independiente, pues gozan de suficiente peso y entidad para que así sea. La categorización lingüística ha sido abordada básicamente desde dos aproximaciones teóricas opuestas. Siguiendo a Rodríguez Espiñeira y Pena Seijas (2008), por una parte, aquella que considera que las categorías de estudio son entidades discretas, bien definidas, cuyos integrantes comparten una serie de propiedades claramente establecidas; por otra, aquella en la que las categorías constan de unidades centrales o prototípicas y de unidades periféricas, diferenciadas de manera gradual, de modo que entre las distintas categorías no existen límites claros, sino que constituyen un continuum.
Estudio separado de la morfología y la sintaxis frente a la derogada «morfosintaxis»
Se trata de la oposición entre una concepción discreta o no discreta de la lingüística (véanse Bosque 1977, Moure 1996, Ruiz Gurillo 1998, Serrano-Dolader 2002 o Almela 2003, entre otros, para algunas propuestas parciales en este sentido dentro de la tradición hispánica).
También en el primer capítulo de la Nueva gramática de la lengua española (NGLE 2009: § 1.9) se recogen problemas de categorización relacionados no tanto con la existencia de límites claros o difusos entre las clases de unidades, sino más bien con el hecho de que las clases de palabras pueden recibir categorizaciones distintas dependiendo de los criterios utilizados. Así, en dicha obra se emplea el término de «agrupaciones transversales» para hacer referencia a clases gramaticales como las de cuantificador o demostrativo, que incluyen unidades pertenecientes a distintas clases de palabras según criterios morfológicos y/o sintácticos (adverbios, pronombres, determinantes o adjetivos). En el mismo orden de cosas, no faltan propuestas que abogan por la existencia de «agrupaciones supra-categoriales», que agrupen dos o más partes de la oración contempladas como afines.
Análisis de los mecanismos de foricidad discursiva: elementos de coherencia y cohesión en el primer capítulo de El túnel (1948) de Ernesto Sabato
El comentario pragmático de textos literarios se atiene a unas reglas que difieren de las aplicables a textos de uso común. Darle nombre a algo es crearle una existencia. El estatus ontológico de la ficción es un estatus lingüístico: entidades, seres, mundos, palabras, todo aquello de que trata el discurso, existe en cuanto nombrado. Las aserciones de verdad o mentira referidas a objetos ficticios han de atenerse al principio de adecuación interna.
Las afirmaciones del narrador literario son verdaderas dentro del mundo que ellas mismas construyen: verdaderas y definitivas. La verdad de las aserciones sobre entes ficticios no se sale de los límites de su existencia lingüística, o textual. La enunciación literaria —ficticia— crea, pues, mundos ficticios inmutables. Pero su discurso no es unívoco. Si la palabra es difícilmente transparente, la palabra literaria es aún menos transparente. La palabra, vuelta a nacer en cada emisión lingüística, está impregnada de significados, lleva el lastre de contextos anteriores, de una incontrolable intertextualidad.
Los problemas con los que nos encontramos en el análisis pragmático de textos literarios son dos, fundamentalmente. El de la validez de una competencia lingüístico-literaria por la cual un lector entrenado distingue, según A. Banfield, lo gramatical y lo agramatical en literatura, y el de la validez de trabajar con oraciones (o secuencias solo marcadas por la cohesión gramatical), desatendiendo por completo el contexto en teoría (no en la práctica).
Comentario lingüístico-discursivo de un texto no literario: discurso de ingreso de Irene Vallejo en la Academia de la lengua de Colombia
“Análisis de la tipología textual, estructura, recursos estilísticos, elementos del plano de la comunicación sobre el discurso de ingreso de Irene Vallejo en la Academia colombiana de la lengua.”
El discurso de ingreso en determinadas instituciones es una tipología discursiva que ha vuelto a aparecer en el examen práctico de Andalucía. En el examen práctico de Madrid de 2023, se presentó un fragmento del discurso de ingreso de Juan Mayorga en la RAE. En realidad, se trata de una variante del género ensayístico construida y planeada para la lectura en voz alta ante un auditorio. Las interrelaciones lingüísticas entre el discurso oral y escrito son aquí particularmente relevantes.
El género del discurso honorífico y sus similitudes con el ensayo
Recordemos que la denominación essais es francesa. Empero, llama la atención que el vocablo ha perdurado en diferentes lenguas durante siglos: essais (francés), saggio (italiano), ensaio (portugués), essay (inglés y alemán) y ensayo (español). La raíz etimológica del término viene del vocablo latino exagɩum, que quiere decir “pesar en la balanza” o “peso”. Hoy en día, una de las acepciones de la palabra “ensayo”, en español, se usa para denotar la “operación por la cual se averigua el metal o metales que contiene la mena y la proporción en que cada uno está con el peso de ella” (RAE). Si aventuramos una definición a partir de su significado etimológico, podríamos decir que el autor sopesa el resultado de una reflexión o pone a verificación sus ideas por medio de un escrito.
Modernidad de este género
Las secuencias ensayísticas aparecen con suma frecuencia en los exámenes prácticos de oposiciones. Francis Bacon afirma sobre el término “ensayo” que “la palabra es nueva, pero el contenido es antiguo. Pues las mismas Epístolas a Lucilo, de Séneca, si uno se fija no son más que ensayos, es decir, meditaciones dispersas reunidas en forma de epístolas” (Bacon, citado en Arenas, 1997). No obstante, no es sino hasta el siglo XVI cuando esta forma de escritura adquiere las características y el nombre con el que hoy en día se conoce gracias al filósofo francés Miguel de Montaigne (1533-1592), cuando publica sus Essais en 1580. Algunos años más tarde (1597), Francis Bacon publica, a su vez, sus Essays, en inglés, consolidando el ensayo moderno.
Según Gómez-Martínez (1992), la obra de Montaigne era, en efecto, especial. Era especial en la forma y en el contenido, en el método y en los propósitos. Pero más importante todavía, introducía en primer plano el “yo” en su creación artística. Ya el mismo Montaigne lo manifestaba: “Los autores se comunican con el mundo en extrañas y peculiares formas; yo soy el primero en hacerlo con todo mi ser, como Miguel de Montaigne, no como gramático o como poeta, o como jurisconsulto” (Montaigne, citado por Gómez-Martínez, 1992).
Muchísima fuerza y ánimo. La plaza os espera.