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¿Qué métodos seguir para desarrollar el análisis sintáctico en los exámenes?

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    Tratamos en este artículo una cuestión que nos han formulado algunos/as opositores/as, cual es la de los métodos que debemos seguir para la realización de los análisis y/o comentarios sintácticos de periodos oracionales complejos o textos en los exámenes prácticos de las oposiciones de Lengua y Literatura.

    Relevancia del análisis sintáctico

    Siempre hemos dicho que dominar la sintaxis, su comentario y análisis, es una tarea fundamental de la preparación, pues raro es el examen práctico en el que no aparece una propuesta de análisis y/o comentario sintáctico de un periodo textual o de un texto entero, literario o no literario. Por tanto, es crucial mantener un buen entrenamiento, constante y continuo, ejercitando en todo momento las diferentes técnicas de análisis, enfoques, modelos y paradigmas.  

    En comentarios lingüísticos completos la sintaxis es también uno de los apartados más importantes. Comprender el “texere” oracional del texto y la urdimbre sintáctico-discursiva nos ayudará a interpretar la expresividad que dimana de este plano y su contribución al sentido global del mensaje.

    ¿Es obligatorio seguir exclusivamente la Nueva Gramática de la Lengua Española (2010)?

    Debe quedar clara la idea de que en los exámenes de oposiciones no existe el precepto de que debamos utilizar única y exclusivamente la nomenclatura, métodos y técnicas de la NGLE. Es más, en su Manual podemos leer a la letra:

    “[Las] gramáticas modernas presentan unos análisis considerablemente más detallados que las gramáticas clásicas, y sintetizan además buena parte de la investigación reciente, en marcado contraste con el escaso número de monografías de las que pudieron servirse los autores clásicos. En esta línea se inscribe la Nueva gramática, que pretende conjugar tradición y novedad.”.

    NGLE (2010)

    A continuación, y dentro del mismo prólogo, el manual apunta la necesidad de conjugar las mejores aportaciones de la tradición gramatical con las de la bibliografía gramatical contemporánea.

    Un ejemplo: oraciones subordinadas de infinitivo vs. “infinitivos nominales de naturaleza sintáctica”

    En este caso, como en otros relacionados con los verboides, la NGLE habla de “construcciones de infinitivo” frente a la tradicional etiqueta: oraciones de infinitivo. Esta etiqueta no es nada nueva. Juan Alcina Franch y José Manuel Blecua (Gramática española, Col. Letras e Ideas, Barcelona, Ed. Ariel,1979) hablan de “proposiciones de infinitivo”, diferenciándolas así de las proposiciones de infinitivo con verbo personal: “las proposiciones de infinitivo introducidas por preposición que no concurren con las sustantivas de verbo personal introducidas por que “. Estas formas no personales se han llamado también derivados verbales, formas nominales o verboides.

    Algunos gramáticos llegan a separarlas de las otras formas del verbo y las entienden como subclases especiales del nombre sustantivo y del adjetivo. Alarcos, en su Gramática, nos explica estas construcciones, y, ya antes, en un artículo que publicó en el año 1965:  E. ALARCOS LLORACH, «Análisis sincrónico de algunas construcciones del infinitivo español», en Actas del XI Congreso de Lingüística y Filología, 1965).

    Otros gramáticos (véase Ignacio Bosque y Violeta Demonte (Coords.) (1999): Gramática descriptiva de la lengua española. Entre la oración y el discurso, Vol. 3, Madrid, Ed. Espasa-Calpe.) hablan de subordinadas de infinitivo.

    Como podemos apreciar, la tradición gramatical nos ha dejado un legado de distintas etiquetas, nomenclaturas y marbetes para los mismos hechos gramaticales. Más allá de que utilicemos una etiqueta u otra, lo más adecuado es identificar el fenómeno y explicarlo en relación al estilo y a la intencionalidad del mensaje.

    ¿Penaliza en el examen emplear variantes terminológicas distintas a las de la NGLE?

    Ya lo hemos dicho: el propio prólogo del Manual de la NGLE subraya la necesidad de una “convivencia pacífica” entre tradición y vanguardia. A este planteamiento se suma otro correlativo, que es el que a nosotros más nos interesa: si hemos sabido delimitar los periodos sintácticos, explicando adecuadamente su expresividad, la etiqueta que apliquemos, dentro de los cauces de la tradición gramatical, iniciada por el Esbozo, el Funcionalismo o la Nueva gramática no es un factor determinante para la calificación del ejercicio en la parte práctica de las oposiciones.

    En la parcela de la Lexicografía sucede algo similar : ¿son menos “normativas” algunas entradas de los diccionarios de uso de Manuel Seco y Olimpia Andrés o María Moliner que las del Diccionario “oficial” de la RAE (el entrecomillado lo pone la propia RAE en el Prólogo de la NGLE)? El cambio lingüístico, el léxico de hoy, el popular de la calle, la innovación y la novedad… frente a la impermeabilidad inmovilista del Diccionario académico.¿ Qué corriente lexicográfica es la más autorizada?  

    ¿Puede resultar contraproducente presentar visiones radicalmente innovadoras?

    Nos estamos refiriendo a modelos y paradigmas de raíz generativa como el de Mª Jesús Fernández Leborans (Los sintagmas en español II , Madrid, Arco-Libros, 2018),  que dimanan de un planteamiento innovador, ajeno en muchos puntos al de la tradición gramatical. Nosotros decimos que el enfoque que apliquemos debe remitir necesariamente a la fuente, visión y autoría que lo engendra. En la tradición gramatical, ecléctica y proteica, han cristalizado diferentes bibliografías gramaticales. Apartarlas o ignorarlas en aras de un planteamiento único es una verdadera aberración.

    Puede resultar contraproducente la utilización de un solo enfoque. Construimos la base con la técnica tradicional  y la enriquecemos con las aportaciones de los nuevos  paradigmas de estudio gramatical.

    ¿Qué tipo de representación gráfica utilizamos?

    El análisis sintáctico de niveles /constituyentes es el más utilizado. Algunos manuales de Lengua y Literatura de Secundaria lo han popularizado como un análisis que, gráficamente, se representa mediante cajas o corchetes.

    Frente al anterior, creemos que la representación del análisis sintáctico arbóreo puede malinterpretarse , pues hay muchos profesores de Lengua y Literatura que lo dominan. Consecuentemente, los correctores podrían anularlo por falta de conocimiento. Combinar el análisis sintáctico arbóreo de los grandes constituyentes con el tradicional es un ejercicio que devolverá una imagen más clara, profunda y completa del ejercicio, ayudándonos a interpretar mejor las relaciones oracionales parte-parte y parte-todo.

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