Os dejamos un nuevo texto para practicar con el ejercicio semanal de análisis y contextualización literaria. A pesar de que aún no hemos dado solución al análisis del texto de la semana pasada (lo haremos en la clase de mañana), he aquí una nueva propuesta para trabajar y planificar este nivel de cara a la cuarta y última clase del CURSO X de preparación mensual.
Nos proponemos mantener la sección a lo largo del verano con una novedad: en esta ocasión incorporaremos textos extraídos de cualquier época, periodo, movimiento o escuela . Esta labor nos servirá para desarrollar y amplificar el conocimiento y repaso de la Literatura y su aplicación directa a las manifestaciones textuales vivas de cada periodo.
Después de tantos días sin camino y sin casa
y sin dolor siquiera y las campanas solas
y el viento oscuro como el del recuerdo
llega el de hoy.Cuando ayer el aliento era misterio
y la mirada seca, sin resina,
buscaba un resplandor definitivo,
llega tan delicada y tan sencilla,
tan serena de nueva levadura
esta mañana…Es la sorpresa de la claridad,
la inocencia de la contemplación,
el secreto que abre con moldura y asombro
la primera nevada y la primera lluvia
lavando el avellano y el olivo
ya muy cerca del mar.Invisible quietud. Brisa oreando
la melodía que ya no esperaba.
Es la iluminación de la alegría
con el silencio que no tiene tiempo.
Grave placer el de la soledad.
Y no mires el mar porque todo lo sabe
cuando llega la hora
adonde nunca llega el pensamiento
pero sí el mar del alma,
pero sí este momento del aire entre mis manos,
de esta paz que me espera
cuando llega la hora
-dos horas antes de la media noche-
del tercer oleaje, que es el mío.
Claves para la elaboración del ejercicio
Esta composición pertenece a Don de la ebriedad, libro publicado en 1953, premio Adonais, y compuesto por Claudio Rodríguez a los 18 años, nada más y nada menos. Líneas que serán fundamentales en su evolución poética ya se encuentran aquí presentes.
La contraposición de dos realidades: la oscuridad y la claridad
El universo poético del autor recurre a dos realidades fundamentales que explican su contradicción interna: la noche (asociada con el desconocimiento y el caos) y la «claridad». Recordemos el simbolismo de esta palabra clave:
Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Aunque sean estos elementos simbólicos, pertenecientes a la tradición literaria, he aquí que el poeta los identifica dentro de un universo de tensión y rivalidad.
Conocer la realidad: poesía «no es comunicación»
Carlos Barral inicia en 1953 la polémica entre poesía del conocimiento y poesía de la comunicación con su artículo titulado “Poesía no es comunicación” publicado en el número 23 de la revista Laye. En ese mismo año, Gil de Biedma secunda la postura de Barral en la introducción que antecede a su traducción del libro de T. S. Eliot,
Función de la poesía, función de la crítica; y, también, con un artículo titulado “Poesía y comunicación” publicado en el número 67 de Cuadernos Hispanoamericanos. Barral y Gil de Biedma inician la polémica conocimiento/comunicación en reacción contra la interpretación que Carlos Bousoño hizo del famoso aforismo aleixandrino ‘poesía es comunicación’. Bousoño en su libro Teoría de la expresión poética (1952) “definiría la poesía como «comunicación establecida con meras palabras, de un contenido psíquico-afectivo conceptual, conocido por el espíritu formando un todo, una síntesis»” (Riera, 1988: 152).
La proyección y transcendencia del símbolo
En efecto, en la elocución poética documentamos un decir que más que hablarnos de algo, nos sugiere. Comprobemos la diferencia de registro con el poema de Celaya, incardinado dentro de la poesía social, analizado en una entrada pasada. El símbolo es el principal elemento de sugerencia: día/noche; oscuridad/claridad; el mar, el oleaje, etc. Un conjunto simbólico que la alejan del planteamiento conversacional y la lengua poética del «nosotros».
Analizamos rasgos en cuanto a estilo, selección léxica, métrica… en la clase.
1Riera, C. (1988): La Escuela de Barcelona. Barral, Gil de Biedma, Goytisolo: el núcleo poético de la generación de los 50, Barcelona, Anagrama.