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Respondemos con este artículo a una duda que nos han planteado los opositores con frecuencia. ¿Es posible ejercer como profesor de Lengua castellana y Literatura sin tener la Licenciatura o Grado correspondiente en Filología Hispánica? ¿Por qué no hay que sentirse en desventaja si no se tiene la titulación
Requisito general de acceso: título de Licenciatura o Grado
La base de la convocatoria del concurso-oposición de Lengua castellana y Literatura, que normalmente viene con el rótulo: “Requisitos de titulación”, prescribe en este apartado: que para participar en el concurso-oposición es necesario “Estar en posesión del título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o el título de Grado correspondiente.” Esto significa que para participar en el proceso selectivo será necesario acreditar alguna de estas titulaciones.
Si el aspirante no posee la titulación habilitante para el ejercicio de la docencia de Lengua castellana y Literatura, el requisito que exige la administración es aprobar la primera parte o el proceso completo, dependiendo de la comunidad autónoma por la que os presentéis. En Madrid, por ejemplo, es necesario superar el proceso selectivo completo. Lo deja bien claro la Orden:
En otras comunidades los aspirantes a interinidad solo deberán aprobar la primera parte para entrar a formar parte de las bolsas de trabajo docente en Secundaria.
Una buena preparación posterior es la alternativa a la carencia de la titulación académica habilitante
Sin lugar a dudas, obtener la plaza. Es por lo que tendréis que luchar con determinación y confianza. Conseguir la plaza de profesor de lengua y literatura es el corolario de una trayectoria de esfuerzo y superación. A la nota de las oposiciones hay que sumar la obtenida en el concurso.
En este sentido, durante las últimas convocatorias hemos comprobado que determinadas comunidades autónomas han dejado plazas desiertas. Esto quiere decir que el concurso no es tan determinante como suele pensarse en algunos casos, sino, más bien, un apéndice del concurso-oposición. ¿Por qué afirmamos esto? Pues precisamente porque son pocos los opositores que pasan a la segunda parte de la defensa. Superar las dos primeras pruebas es una condición necesaria para asegurar la permanencia en el proceso y dar el salto definitivo a la plaza. En convocatorias pasadas, aprobar los dos primeros exámenes fue sinónimo de plaza en algunas comunidades, habida cuenta de que a la segunda parte pasaron menos opositores que plazas se ofertaron.
¿Por qué los opositores con titulaciones distintas a las de la familia de Hispánicas obtienen plaza?
En los exámenes de oposiciones de lengua los tribunales no se detienen a comprobar las titulaciones de los aspirantes. Las listas de admitidos acreditan la idoneidad de los candidatos que concurren al concurso-oposición por turno libre.
Su cometido consiste en valorar con objetividad y justicia el desempeño demostrado por estos aspirantes en las pruebas. Esto significa habréis de demostrar vuestros conocimientos y destrezas en pocas horas.
Uno de los motivos que sirven de acicate a estos opositores es que, para poder trabajar, necesitarán aprobar el proceso completo o su primera parte, como hemos dicho más arriba.
En los otros casos, parece que el título es una especie de colchón que da tranquilidad a los que lo poseen. Los opositores filólogos, si no logran superar el proceso selectivo, con acreditar la especialidad pueden entrar a formar parte de las listas de interinos o aspirantes a interinidad de profesores de Lengua castellana y Literatura de Secundaria.
En todos los casos, recomendamos que no os confiéis y que os preparéis para ganar las oposiciones de Lengua independientemente de vuestra titulación.
Demostrar los conocimientos en los exámenes de oposiciones
Preparar las oposiciones de Lengua durante uno o dos años es la condición previa y necesaria para darlo todo cuando hay que hacerlo y en el lugar en que hay que hacerlo. Tanto si se es filólogo como si no, el factor determinante será el de desarrollar unos exámenes brillantes.
Una formación filológica ayuda en todas las dimensiones. La familiaridad con los conceptos, los conocimientos previos, las técnicas y habilidades… son factores que facilitan la labor y ayudan bastante. Pero en las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura es necesaria una formación especializada. Para ser acreedor de la plaza, hay que saber dirigir los saberes previos en la dirección adecuada. Se puede saber mucho, pero lo importante es plasmarlo y demostrarlo.
Además, en estas oposiciones hay muchos aspectos que no se aprenden en la carrera de Filología. La parte de Didáctica de la lengua y la literatura, por ejemplo, es una parcela de conocimiento que no posee un respaldo académico en los planes de estudio de las Facultades de Letras. Los métodos de estudio de las oposiciones y sus recursos no son los mismos a los de la carrera. En la preparación todo está muy enfocado, pautado y dirigido.
Movilizar los conocimientos de forma adecuada, planificar el estudio con exigencia, pero al mismo tiempo con realismo, trabajar con recursos orientados y bien diseñados… son dimensiones fundamentales de las que depende la mejor calificación.
Nuestra experiencia con los opositores que concurrieron al concurso-oposición sin ser filólogos
En preparadorlengua hemos preparado a opositores y opositoras que venían de carreras tan dispares como Periodismo, Filología inglesa, Humanidades, Derecho o Historia. Algunos de ellos lograron la plaza gracias a sus excelentes calificaciones. La cualificación se adquiere con una preparación experta e intensiva. En las oposiciones, como en todo, es muy importante tener claros los objetivos y ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. Y en el camino de preparación hay que aprender a ser humilde y disciplinado, a reconocer los déficits y a solventarlos cuanto antes.
Empezar a preparar de inmediato para alcanzar la mejor preparación
Familiarizarse con los conceptos de índole gramatical, lingüística y literaria requiere tiempo y constancia. Uno de los requisitos es el de adquirir el metalenguaje y el bagaje terminológico adecuados. La gramática, como la lingüística, poseen una terminología llena de tecnicismos. Dominarla y asimilarla solicita trabajo y tiempo para que esta solidifique y adquiera corporeidad.
Asimismo, especializarse en la preparación de oposiciones implica abordar el estudio del temario y dominar la parte práctica. Ambas dimensiones se complementan e interpenetran. Siempre decimos que la dimensión teórica conecta con la dimensión práctica mediante la realización de análisis y comentarios lingüísticos y literarios, herramientas indispensables para que se produzca el trasvase desde el plano teórico al práctico.
Finalmente, la parte de Didáctica de la Lengua y la literatura posee su propio estatus teórico y conceptual. Esta disciplina, que eclosionó con fuerza en los años 80 y hasta hoy no ha parado de crecer, es muy rica y densa en teorías, enfoques y conceptos.
La experiencia preparando y el saber adquirido: no abandonar nunca
Haber concurrido a varios procesos, aunque no hayáis obtenido plaza, supone iniciar un proceso de mejora personal e intelectual. Además, habréis comenzado el camino de adquisición del bagaje de conocimientos y destrezas que, más tarde o más temprano, darán sus frutos. Aunque a veces os embarguen el desánimo y el desaliento, nunca penséis en tirar la toalla. Llegará una convocatoria y un año que será el vuestro. Para lograrlo es necesario tener paciencia, perseverancia y confianza en que, al final, las cosas saldrán bien. Hay opositores que con un curso de preparación intensiva consiguen llegar a buen puerto y otros que tardan más. Lo importante es persistir e insistir hasta lograr la plaza.