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En este artículo explicaremos qué es la evaluación inclusiva y cuál es su función en los distintos ámbitos de la esfera educativa. Los actuales currículos educativos LOMLOE definen un modelo de educación inclusiva, dirigido a fortalecer e impulsar el resto de ámbitos de atención a la diversidad.
Merece la pena realizar una cala en la evaluación, pues esta dimensión ostenta un gran peso dentro de los criterios de calificación de las Oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.
¿Qué es la evaluación inclusiva?
La evaluación inclusiva es un método de evaluación diseñado para obtener los mejores frutos del proceso de enseñanza-aprendizaje. El objetivo primordial de la evaluación inclusiva es que los procedimientos de evaluación respalden, favorezcan y fomenten la inclusión, integración y participación de todos los alumnos y alumnas.
El objetivo del modelo de evaluación inclusiva es prevenir la segregación. Este método contribuye a evitar toda clase de exclusión en una práctica de la enseñanza-aprendizaje en los centros educativos de Educación Secundaria.
Aplicación en Secundaria y Bachillerato
La evaluación inclusiva solo es posible dentro de un contexto normativo adecuado, con una organización escolar apropiada y con el debido apoyo de los docentes. El apoyo institucional contribuirá a conformar en ellos una actitud positiva hacia la inclusión. Esto implica que las necesidades de los alumnos y alumnas que pueden ser objeto de exclusión, especialmente el sector del alumnado con necesidades educativas especiales, han de plasmarse adecuadamente en los decretos y órdenes de evaluación de las distintas comunidades autónomas.
Dentro de la normativa reseñada, la evaluación inclusiva se encuentra en los cimientos de los sistemas educativos igualitarios, equitativos y democráticos. Concretamente, en nuestro sistema educativo, la LOMLOE convalida el compromiso con una educación basada en la atención a la diversidad, que promueve, prácticas evaluativas dirigidas a reconocer y valorar las diferencias individuales.
La evaluación inclusiva vs. competencial
El paradigma de la evaluación integradora se orienta a promover el aprendizaje en todos los ámbitos del proceso de enseñanza-aprendizaje. Reconoce y pondera la atención individualizada, flexible y abierta.
Este modelo permite la participación del estudiante como principal agente de su propio aprendizaje. La evaluación inclusiva permite reconocer características diferenciadoras individuales y ambientales.
En el seno de los centros educativos, en el marco del Proyecto Educativo de Centro, el enfoque de evaluación comprometida con la atención a la diversidad debe promoverse mediante prácticas que contemplen la heterogeneidad de los discentes frente a los modelos convencionales. Estos sistemas tienden a homogeneizar al alumnado sin considerar sus necesidades específicas. La evaluación de unidades didácticas y situaciones de aprendizaje ha de concretar aspectos específicos y relevantes en este ámbito.
Según Mª Antonia Casanova (Manual de evaluación, Madrid, Ed. La Muralla, 2ª Ed., 1997), la evaluación competencial debe contemplar la realidad amplia de la atención a la diversidad. Se trata del fundamento orgánico de un amplio conjunto de medidas dirigidas a favorecer una educación diferencial y de calidad.
Principios pedagógicos
Los principios que tradicionalmente esgrimen los valedores de este paradigma de evaluación parten de las siguientes premisas:
- Accesibilidad del alumnado. La evaluación debe ser accesible para todos los estudiantes.
- Procedimientos de evaluación variados. Será necesario utilizar procedimientos de evaluación variados, adaptados siempre a la naturaleza de los criterios de evaluación.
- Participación activa del alumnado. La evaluación concierne al alumnado. Por tanto, es apremiante superar el hieratismo de la evaluación tradicional e implicar a alumnos y alumnas en su propia evaluación.
- Identificación de las necesidades educativas y atención individualizada.
- Herramientas de evaluación diversas. Los profesores y profesoras de Secundaria y Bachillerato hemos de favorecer el uso de herramientas variadas y diversas. Para ello es necesario comprobar la utilidad e idoneidad del instrumento evaluador.
- Uso racional del tiempo de trabajo. Para facilitar la puesta en marcha de este tipo de evaluación será necesario dedicar suficiente tiempo y trabajo a las actividades relacionadas con la evaluación.
- Vinculación con los materiales y recursos de acceso al currículo (Diseño Universal para el Aprendizaje, DUA). La evaluación debe unida a aspectos relacionados con el uso de materiales, herramientas y recursos que materialicen el genuino concepto de inclusión plena.
Desafíos y metas de la evaluación inclusiva
Se ha avanzado mucho en materia de evaluación integradora a nivel normativo. Entre los desafíos para conseguir una inclusión plena destaca el que afecta al cambio de mentalidad en la praxis evaluadora en los centros educativos.
Para que la inclusión evaluadora llegue a buen puerto debe contar con un consenso de aplicación por parte de todos los docentes. Son ellos los que han de impulsar y llevar a buen puerto este modelo. Mejorar la evaluación, abriéndola y adaptándola a la diversidad del aula es un objetivo que todo centro de enseñanza debe plantearse.
Algunas propuestas para la inclusión evaluadora
Avanzar hacia una evaluación plenamente integradora, reclama el esfuerzo mancomunado de los agentes educativos, junto a un consenso que delate un propósito cierto de hacerla posible.
María Antonia Casanova (op. cit.), realiza algunas propuestas para la aplicación y desarrollo de un programa inclusivo de evaluación.
- Formación docente. Una buena capacitación pedagógica del profesorado en materia de inclusión. Esto permitirá despertar su sensibilidad y compromiso con la atención a la diversidad del alumnado.
- Diseño universal del aprendizaje (DUA). El acceso al currículo no ha de ser única y exclusivamente metodológico. Los principios y pautas del DUA son muy útiles para identificar posibles barreras de acceso a la evaluación.
- Implicación de la comunidad educativa. Este principio defiende la participación de todos los agentes educativos.
- Evaluación formativa y continua. Debemos priorizar siempre evaluaciones que procuren una constante retroalimentación y nos orienten en la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Instrumentos de evaluación variados. Las herramientas de evaluación realistas, flexibles y funcionales han de responder a las necesidades individuales de los estudiantes.
El modelo de evaluación inclusiva en las Oposiciones de Lengua Castellana y Literatura
Como hemos dicho, el sistema de evaluación de la LOMLOE se apoya sobre un planteamiento integrador. Los reales decretos de enseñanzas mínimas reservan en su articulado un apartado a esta tipología de evaluación, construido sobre los cimientos de la Atención a la Diversidad.
Por otra parte, en las Oposiciones de Lengua el bloque de valoración dedicado a la evaluación alcanza una elevada ponderación dentro de la calificación total. En algunas comunidades autónomas pondera hasta un 30% de la nota final. Conscientes de esta realidad, en nuestros cursos de preparación de Didáctica, hacemos mucho hincapié en este apartado, con especial atención a la comprensión, asimilación y defensa de nuestro modelo de evaluación criterial.
Mucha fuerza y ánimo. La plaza os espera.