Progresamos en preparación del ejercicio de identificación y localización de textos literarios de diferentes épocas con esta nueva propuesta. Consideremos la importancia que alcanzan en este periodo algunos de los nuevos géneros que completarán su evolución en periodos posteriores.
Grindalaya, que así había nombre la dueña presa, facía muy gran duelo , que lástima era de la oir, diciendo a la mujer de Arcalaus e las otras dueñas que con ella estaban:
—“¡Ay mis señoras ! ¿ no miráis qué fermosura de caballero y en qué tan tierna edad era uno de los mejores caballeros del mundo? Mal hayan aquellos que de encantamentos saben, que tanto mal é daño á los buenos pueden hacer! ¡Oh Dios mío, que tal quieres sofrir !»
La mujer de Arcalaus, que tanto como su marido era sojuzgado a la crueza e a la maldad, tanto lo era ella a la virtud e piedad, e pesábale muy de corazón de lo que su marido hacía, e siempre en sus oraciones rogaba a Dios que lo emendase, consolaba a la dueña cuanto podía, y estando así, entraron por la puerta del palacio dos doncellas, e traían en las manos muchas candelas encendidas, e pusieron dellas a los cantos de la cámara.
Las dueñas que allí eran no las pudieron hablar ni mudarse de donde estaban; e la una de las doncellas sacó un libro de una arquita que so el sobaco traía, e conmenzó a leer por él, e respondíale una voz algunas veces : e leyendo desta guisa una pieza, al cabo respondiéronle muchas voces juntas dentro en la cámara, que más parecían de ciento. Entonces vieron cómo salía por el suelo de la cámara rodando un libro como que viento lo llevase, e paró a los piés de la doncella, y ella lo tomó e partiólo en cuatro partes, e fuélas quemar en los cantos de la cámara, donde las candelas ardían; e tornóse donde estaba, e tomándolo por la diestra mano, le dijo:
—“Señor, levantadvos, que mucho yacéis cuitado”—
El caballero se levantó e dijo:
—»Santa María! ¿qué fue esto, que por poco fuera muerto?”
—Cierto, señor, —dijo la doncella— tal hombre como vos no debía así morir; que ante querrá Dios que a vuestra mano mueran otros que mejor lo merescen”.
E tornáronse ambas las doncellas por donde vinieran, sin más decir. Grindalaya le contó cómo fuera encantado, e todo lo que Arcalaus dijera, e cómo era ido armado de sus armas y en su caballo a la corte del rey Lisuarte a decir cómo le matara. Y luego el caballero se tornó á la cámara, e armóse de las armas de Arcalaus, e salió del palacio, e preguntó que ficieran a Gandalín e al Enano. Entonces bajó por la escalera e salió al corral.
Cuando los hombres de Arcalaus así armado lo vieron, fuyeron y esparciéronse a todas partes; y él se fue luego a la cárcel y entró en el palacio donde los hombres matara y de allí llegó a la prisión en que estaban los presos, y el lugar era muy estrecho e los presos muchos, e había más en largo de cien brazadas, y en ancho una e media, y era así escuro como adonde claridad ni aire podía entrar, y eran tantos, que ya no cabían. Entró por la puerta e llamó a Gandalín ; mas él estaba como muerto, e cuando oyó su voz estremescióse e no cuidó que era él, que por muerto lo tenía, e pensaba que él estaba encantado.
Pablo ha puesto de relieve algunos puntos fundamentales de la contextualización del texto literario. Repasamos a continuación algunos de ellos.
La elaboración artística de la prosa posterior a la segunda mitad del siglo XIII
Apreciamos la continuidad de algunos de los rasgos más característicos de la prosa medieval: excesivo esquematismo, visión dual de la realidad, ficcionalidad, hilo narrativo, etc.
En el plano filológico destacamos algunas muestras lingüísticas señeras, tales como la presencia de la f-, la vacilación en los radicales verbales, formas arcaicas (sojuzgado), colocación sintáctica del pronombre anafórico (de la oír).
Los personajes de la narración
Son inconfundibles las referencias que anclan el texto en unas coordenadas temporales concretas. El nombre de los personajes: “Grindalaya”, “Arcalaus”, “Gandalín” revelan una nominación que clarifican el divorcio del texto con la realidad y lo incardinan dentro de alguno de los géneros de la prosa de ficción estudiados. Como ha señalado Pablo con acierto son múltiples los puntos de contacto con la ficción caballeresca, género que dará sus mejores frutos en la tradición literaria posterior.
El hieratismo de la prosa
Otro de los puntos que me parece muy interesante para explicar y desarrollar en el esbozo es el de la superficialidad de la narración en todos los planos: personajes planos, argumento sustentado en motivos folclóricos, la visión maniquea de una realidad plana, que condensa el simplismo de una recreación fantástica orientada al entretenimiento y a la evasión,etc.
La selección léxica
Rasgo inconfundible es el también señalado por Pablo cual es la presencia del campo semántico del mundo caballeresco y cortesano (caballero, palacio, cámara, doncellas…).
La lengua literaria arcaizante
Ciertos términos revelan la imagen de una lengua literaria arcaizante, elevada y sublime en estilo, alejada de la corriente realista y naturalista del siglo XV (véase el contraste, p.ej., con las Coplas…).
La fórmula de tratamiento, el papel del diálogo dentro de la prosa, la acción lineal, el marco narrativo, etc. son algunos de los rasgos adicionales que podemos desarrollar para justificar nuestra hipótesis de datación. Ofrecemos aquí siempre una serie de indicios definitorios básicos para preparar este ejercicio, pero que ampliaremos de acuerdo al modelo que manejamos en la preparación. La mejor forma de entrenar la práctica es seguir los puntos marcados en todos los planos que nos ayudará a organizar un esbozo de la misma.
Este fragmento está extraído de la selección antológica de Blecua y pertenece al Amadís de Gaula de 1508. Se trata del pasaje: «De cómo Amadís fue encantado por Arcalaus porque él quiso sacar de prisión a la dueña Grindalaya e a otros, e cómo escapó de los encantamientos que Arcalaus le había hecho». Uno de los tres textos propuesto en la parte práctica de las oposiciones de lengua y literatura de Madrid de 2014 subtendió otro pasaje de la citada obra.
En la práctica de las oposiciones de 2015 propusieron una famosa secuencia del Corbacho (1438) de Alfonso Martínez de Toledo.
Para la contextualización de este texto, el primer hecho a constatar, por evidente, es que se trata de un texto en prosa de clara voluntad literaria. Esto ya nos aporta un límite inferior de datación: el texto no es anterior al siglo XIII, siglo en el que Alfonso X impulsa la prosa castellana. Como límite superior, podemos fijarnos en dos datos del apartado lingüístico-filológico: tanto el uso transitivo de «había» como la presencia de f- inicial («facía») indican que el texto es anterior al siglo XVI.
Nos encontramos, por tanto, ante un texto prosaico medieval (nótense las referencias a Dios); el juego de opósitos «crueza»/»maldad» – «virtud»/»piedad» («sic et non»), la visión maniquea del mundo, es característica de este extenso período temporal.
En este sentido, la temática podría ayudarnos en la contextualización. La orientación didáctico-doctrinal propia de la Edad Media destaca aquí por su ausencia. En cambio, la presencia de «la dueña presa» en la primera línea nos abre dos hipótesis: la de la prisión figurada, la cárcel de amor, y la de la prisión física, real. Lo cierto es que esta doble posibilidad no queda resuelta por el fragmento aquí analizado, pero sí es cierto que el predominio de los tiempos pretéritos, así como la ausencia de adjetivos, nos hablan de un texto puramente narrativo, el cual alberga fragmentos de diálogo. Por tanto, no estamos aquí ante un texto introspectivo, que ahonde en la profundidad de los sentimientos, sino en un texto de armazón exterior, superficial, centrado en las venturas y desventuras de un caballero supuestamente encantado.
Así, con los referentes ya mencionados, la semántica caballaresca («armas», «palacio», «caballero», «doncella», etc.) lleva a decantarse por una novela caballaresca, de aventuras. Por su parte, la ausencia de referencias mitológicas o clásicas, así como la constatación de una sintaxis no muy retorcida, aunque sí morosa dada la presencia repetida de la conjunción «e», podría ser indicio de que, todavía, el humanismo no ha penetrado en el medievo español y que, por tanto, el texto está más cerca del siglo XIV que del XV.