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He aquí un nuevo texto para el entrenamiento y preparación de textos literarios. En los ejercicios de oposición es común encontrar con mayor frecuencia textos de determinadas épocas lingüísticas y literarias.
En dos lucientes estrellas,
Y estrellas de rayos negros,
Dividido he visto el Sol
En breve espacio de cielo.
El luciente oficio hacen
De las estrellas de Venus,
Las mañanas como el alba,
Las noches como el lucero,
Las formas perfilan de oro,
Milagrosamente haciendo,
No las bellezas oscuras,
Sino los oscuros bellos;
Cuyos rayos para él
Son las llaves de su puerto,
Si tiene puertos un mar
Que es todo golfos y estrechos.
Pero no son tan piadosos,
Aunque sí lo son, pues vemos
Que visten rayos de luto
Por cuantas vidas han muerto.
Las fuentes histórico-literarias
Como debemos saber, siguiendo a Menéndez Pidal, el romance tiene unos orígenes bastante remotos. Se remontan a los orígenes de la lírica popular, y se revaloriza en el siglo XV, con la lírica de Cancionero en la que recupera la singularidad de su papel, como canción popular y composición ligera perteneciente a la tradición oral. Además, como elemento de contextualización literaria, los buenos profesores de lengua debemos saber que en el siglo XVII se revaloriza el papel de los romances con el denominado «Romancero nuevo», entre cuyos autores se encuentra Góngora, además de Lope y otros autores que siguen la estela de sus maestros literarios.
La reelaboración temática: del maestro del romance (Lope) a los autores menores
En el Barroco literario conviven dos tendencias encontradas. El gran maestro del romance, que fue Lope, y los autores menores que siguen su estela. Lope ofrece en su Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609) una preceptiva literaria en la que, básicamente, forma y fondo se abrazan en pos de un propósito literario. Así, en esta obra nos dice:
las relaciones piden los romances
Frente al papel literario otorgado a este metro versal por parte del Marqués de Santillana que afirma de los romances que son «propios de gente de baxa e servil condición» (Prohemio e Carta), el romance para Lope es apto para la expresión de sentimientos amorosos.
La autoría del gran maestro culterano: Góngora
He aquí un romance de profunda extracción culterana . Nos encontramos la recreación estética del mundo poético gongorino: los contrastes, las técnicas pictóricas (encuadre, movimiento, direccionalidad, luminosidad, contrastes luz/oscuridad…etc). Ya comentamos este universo pictórico de lírica ascendente en el curso y en alguna entrada del mismo autor.
Por lo demás, don Luis de Góngora, aúna la forma tradicional y popular del romance y la transcendencia del sentimiento amoroso, dando así un paso más allá que la tradición petrarquista.