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Continuamos con nuestro ejercicio práctico de contextualización de cara a las próximas oposiciones de Lengua castellana y Literatura. Ya sabéis que se concibe como pieza separada dentro de los exámenes prácticos y adquiere carta de naturaleza propia. El texto contiene ideas y alusiones inconfundibles al momento literario. La lengua literaria ya se ha divorciado de la del periodo anterior y el canon es totalmente distinto.
La gloria científica de una nación no se debe medir por sus adelantamientos en las cosas superfluas o perjudiciales. Igual la república de las letras a la civil en los fundamentos de su verdadera perfección y felicidad, debiera sólo adoptar como meritorios y estimables los establecimientos o sistemas que le son útiles: y pesando con madura y pausada meditación el fin a que están destinadas las ciencias y las artes, los aditamientos que necesitan para su uso, qué beneficios pueden sacar de ellas los hombres, y de qué modo han de tratarse para que ocasionen la utilidad a que se dirigen; desnudándolas de aquella pomposa superfluidad con que se ofrecen hoy más al deleite que al beneficio de la vida, reducirlas a los sucintos círculos del provecho y de la verdad, sin aplicar una injusta estimación a los vanos entendimientos, que por capricho o por ambición los rompen o atropellan.
Si los sabios de todos los siglos hubieran pensado así desde el mismo origen de la sabiduría, los enormes cuerpos de estos magníficos colosos que se llaman ciencias ¿se compondrían hoy por la mayor parte de sombras y apariencias vanas, bultos portentosamente grandes y espléndidos cuando se ven de lejos, pero livianos, faltos de solidez y nieblas oscuras cuando se examina con la mano su consistencia?
No es saber el saber opiniones, o el inventar sueños abstractos para sujetar a un capricho las leyes de ambas naturalezas física y espiritual, en lugar de observar las de una y otra en sus efectos, según los designios del Omnipotente. ¿Qué utilidades ha logrado el género humano con las ideas de Platón, el materialismo de los estoicos, las cualidades de los peripatéticos, los átomos de Epicuro, y con los antojos doctos, pero improbables de tantos hombres eminentes, que habiendo nacido para enseñar a sus semejantes, los metieron en la confusión; y los habituaron a la estéril ocupación de fingir Solón, Licurgo, Pericles, Sócrates y los que como ellos, haciendo práctica la sabiduría, la trasladaron al uso y bien de la humanidad, son los únicos que deberían influir en el crédito literario de una nación.
En la antigüedad nadie tuvo por bárbaros a los lacedemonios, aunque carecían de Academos, de Estoas y Peripatos. Su ciencia era el ejercicio de la virtud; el saber la obediencia a las leyes; la gloria pensar y obrar bien. Donde sobresale este género de sabiduría poca falta hacen los sistemas vanos, y el inmenso índice de las opiniones que propaga sucesivamente la vanidad.
Las disputas, las sectas, los sofismas, las adivinaciones científicas, que llenaban el ámbito de la grande Atenas ,añadían a esta ciudad una pompa y ornato admirable que llamaba a sí la atención de las demás gentes.
Antes que el saber se redujese a sostener pertinazmente las opiniones de cuatro o seis meditadores, que lograron séquito porque nacieron en la infancia de este cuerpo, en parte fantástico, que se llama Filosofía.
Antes hubo en Atenas varones justos que ideas platónicas; antes virtudes civiles que elementos peripatéticos, antes las verdades útiles y constantes de la sabiduría que intermundios epicúreos o números pitagóricos. Las ficciones nacen ordinariamente después que se ha agotado el descubrimiento de las verdades debe reputar aquéllas como una superfluidad mental que adorna, pero no sirve.
El afán utilitarista («docere et delectare») fue uno de los pilares que presidió las ideas que suflaban el espíritu ilustrado. Trátase de un fragmento de la famosa «Oración apologética por la España y su mérito literario» de J. P. Forner. Interesante su lectura para comprender mejor las claves filosóficas y de mentalidad del momento.
El papel de las instituciones de enseñanza
Una de las manifestaciones del citado «afán utilitario» o del «docere et delectare» está representado en el papel que asumen las instituciones de enseñanza y las Reales Academias de Amigos del País. En efecto, el espíritu ilustrado siempre estuvo volcado en la formación reglada, como una de las vías que permitiría salir del atraso. Ilustrados como Jovellanos o Mayans se movieron en los círculos académicos e hicieron valer la idea de que solo la instrucción de todas las capas sociales haría posible la verdadera modernización del país.
Los «novatores» y el espíritu académico de la Ilustración
Junto a lo anterior, fueron varios los maestros «novatores» que creían en el papel de la Ciencia. La verdadera utilidad del avance científico vendría dada por la escolarización de todas las clases sociales. Esta transformación «desde arriba» provocaría un cambio social en todos los órdenes, también aplicable al plano literario. A la hora de desarrollar el ejercicio práctico de las oposiciones, debemos tener muy en cuenta esta filosofía y mentalidad de época, pues las alusiones histórico-literarias encaminarán la contextualización del texto.