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¿Contextualizamos? 15-6-2020

    En este ejercicio que venimos realizando, en la dirección de preparación y lectura hermenéutica de textos literarios, resulta también fundamental acudir al repaso de textos conocidos, como el que os propongo. Si nos os suena, podéis observar una palabra-clave de época que se mienta de manera explícita en el poema. No obstante, hay más rasgos que confirman esta dirección.


                             ADELFOS
    
    Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
    -soy de la raza mora, vieja amiga del sol-,
    que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
    Tengo el ama de nardo del árabe español.
    
    Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
    en que era muy hermoso no pensar ni querer…
    Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna…
    De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.
    
    En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos…
    y la rosa simbólica de mi única pasión
    es una flor que nace en tierras ignoradas
    y que no tiene aroma, ni forma, ni color.
    
    Besos, ¡pero no darlos! Gloria… ¡la que me deben!
    ¡Que todo como un aura se venga para mí!
    Que las olas me traigan y las olas me lleven
    y que jamás me obliguen el camino a elegir.
    
    ¡Ambición!, no la tengo. ¡Amor!, no lo he sentido.
    No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
    Un vago afán de arte tuve… Ya lo he perdido
    Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud.
    
    De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo.
    No se ganan, se heredan elegancia y blasón…
    Pero el lema de casa, el mote del escudo,
    es una nube vaga que eclipsa un vano sol.
    
    Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme
    lo que hago por vosotros hacer podéis por mí…
    ¡Que la vida se tome la pena de matarme,
    ya que yo no me tomo la pena de vivir!…
    
    Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
    en que era muy hermoso no pensar ni querer…
    De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna.
    ¡El beso generoso que no he de devolver!

    Una de las palabras-clave que aparece en esta composición y que da cuenta del ideario de generación es : «voluntad». El poeta nos dice: «Mi voluntad se ha muerto una noche de luna». Asistimos a la falta de ilusión, optimismo y voluntad de acción. Azorín publicará en 1902 La voluntad, siguiendo este concepto. Se trata de una clave evidente. Además, encontramos las alusiones a la historia nacional, al linaje, a la raza, etc…El predominio de ese desmoronamiento de ilusiones es muy propio del noventa y ocho. Ambos movimientos, modernismo y noventa y ocho, forman parte de un movimiento general de carácter ideológico, estético y de conciencia de época, según venimos defendiendo. Concretamente, esta composición pertenece a Manuel Machado, que, al decir de algunos críticos, se ha visto injustamente oscurecido por la influencia de la figura de su hermano, Antonio. Observemos la diferencia entre la composición «Adelfos» y la composición «¡Oh, el sotto voce balbuciente…«, más modernista, en íntima conexión con el concepto de fusión artística pintura-literatura.

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