¿Qué es el comentario de textos semiológico?
Continuamos con la serie de entradas en las que abordamos la explicación de diversos conceptos teórico-prácticos, útiles y provechosos para complementar las diferentes tipologías de comentarios y análisis de la parte práctica de las oposiciones de Lengua y Literatura. Especialmente interesante nos resulta, en estos momentos, esclarecer las claves del comentario de textos semiológico, con especial atención a sus novedosas aportaciones en el campo de la crítica estructuralista y semiótica.
Antecedentes: aportaciones de la tradición crítica literaria
Aunque el estudio formal de la crítica literaria comenzó a desarrollarse en el siglo XIX – «antes hubo críticos, pero no crítica», como señala Thibaudet – la capacidad analítica y valorativa del ser humano ha sido una de sus actividades más esenciales desde sus inicios. Esta capacidad, conocida como crítica, se manifiesta en diversas situaciones vitales. La crítica literaria específica surgió en la Grecia clásica, especialmente en la época ateniense, durante los certámenes públicos y en las escuelas, donde se juzgaba la calidad estética de la creación literaria, analizando su contenido conceptual y situándola en el tiempo en que fue producida.
En este período prehistórico, que abarca desde el siglo VI a.C. hasta el siglo XIX d.C., se perfilan los postulados básicos que regirán el corpus de la auténtica crítica de la literatura. Es en el siglo del movimiento romántico donde este quehacer encuentra un terreno fértil para desarrollarse. Desde entonces, se han practicado múltiples y variadas modalidades de crítica, como la subjetiva o impresionista, la objetiva o científica, la universitaria o académica, la psicoanalítica, la sociológica, la estructuralista, la psicocrítica, la sociocrítica o marxista, la semiológica, y muchas otras.
La crítica literaria, al igual que toda ideología, es un sistema, y cada método crítico es un modo peculiar de entender el mundo literario, basado en experiencias del pasado y un análisis de las circunstancias presentes. Sin la acumulación de nuevas experiencias, nuevos análisis y la aportación de otros modos de hacer, la crítica se volvería estática, esclerotizada y moriría finalmente. Para evitar este estancamiento, continuamente surgen nuevas formulaciones y tipologías analíticas, entre las que se encuentra el comentario de textos semiológico.
Evolución y diversidad de posturas en la crítica literaria
El vocablo crítica se ha utilizado en diversos ámbitos y acepciones, pero, en general, se aplica como norma común al estudio de las obras literarias. Sin embargo, no siempre se ha empleado esta palabra: «poética» para los griegos, «retórica» para los latinos, «estética» para ciertos movimientos. ¿Cómo y por qué se extendió el término crítica para denominar así el estudio de la literatura?
Etimológicamente, procede del vocablo griego κριτής (krites) que significa juez. El término «kritikos» referido a un crítico de la literatura se documenta por primera vez en el siglo IV a.C. cuando a Philitas, habitante de la isla de Kos y posteriormente preceptor del rey Tolomeo II, se le llamaba «poeta y crítico al mismo tiempo». Los críticos de Pérgamo, con Craso a la cabeza, se diferenciaban de los gramáticos de Alejandría, con Aristarco al frente. Poco a poco se unificaron ambos términos, quedando finalmente el de gramática. En el latín clásico, la voz «criticus» se encuentra en Cicerón y Longinos. En la Edad Media, parece ser que la palabra aparece como un término típico de la medicina. Se asocia en este caso con voces como enfermedad «crítica», «crisis» nerviosa, etc. El comentario de textos semiológico, aparejado al comentario crítico, es un fenómeno contemporáneo.
En las áreas románicas, la palabra utilizada para designar el estudio de las obras literarias ha sido crítica, critique, critica (it.); mientras que en Inglaterra se emplea el término Criticism, que es más genérico. Aunque este vocablo no es exclusivo del inglés, se encuentra en algunas lenguas romances. Por ejemplo, Baltasar Gracián decía: «Aunque seguro el héroe del ostracismo de Atenas, peligra en el criticismo de España.» En Alemania, el término Kritik o Kritisch se introdujo por influencia de Francia en el siglo XVIII, aunque la voz comúnmente utilizada es Literaturwissenschaft (ciencia de la literatura).
Diferencias entre teoría y crítica
Es preciso distinguir entre teoría y crítica. La teoría se interesa en principios, categorías y planes, mientras que la crítica se centra en el examen y comentario de obras literarias específicas. Las palabras tienen su historia y su significado depende de las épocas que las utilizan. El contenido semántico de la voz crítica no puede ser fijado ni establecido; no se puede legislar para el futuro. De ahí que no sepamos qué significado se le dará con el tiempo.
En nuestros días, la crítica tiende a hacerse pasar por literatura, mientras que la literatura refleja todas las tendencias de la crítica, según sostiene M. Lefebve. Para Umberto Eco, la literatura, que hasta hace poco era un mensaje emitido en una esfera de un cuerpo homogéneo del que tanto el autor como el receptor formaban parte, se está convirtiendo, gracias a su difusión industrial, en una circulación de mensajes que se leen con códigos en su mayoría desconocidos por sus autores, quienes no estaban al tanto de la realidad psicológica y cultural de sus receptores actuales.
La crítica, o el comentario de textos, puede adoptar dos posturas ante la creación literaria:
Crítica subjetiva
La primera postura considera la obra como sujeto de la crítica. Georges Poulet es partidario de esta concepción, sosteniendo que el objeto de la crítica es llegar a un conocimiento íntimo de la realidad criticada. Este modo de hacer crítico se encuentra ligado al modo de comprensión que Paul Ricoeur, siguiendo a Dilthey y Spitzer, denomina Hermenéutica.
Crítica objetiva
La segunda postura examina la obra como objeto de la crítica. Ciertos movimientos críticos , especialmente los formalistas, consideran la creación literaria como objeto de las manifestaciones críticas. Según G. Genette, las estructuras no son vividas ni por la conciencia creadora ni por la conciencia crítica. La crítica ejerce una reducción interna que atraviesa la sustancia de la obra para llegar a su esqueleto. Esta mirada es de una penetración de cierta manera radioscópica, y tanto más exterior cuanto más permanente.
Independientemente de la perspectiva adoptada, el propósito final de toda crítica consiste en realizar un análisis válido de un texto literario, descifrando analíticamente sus componentes esenciales para interpretar y valorar los aspectos tanto positivos como negativos.
Comentar un texto literario consiste en hablar de una creación artística sin destruirla, desglosando sus partes para llegar a una reconstrucción total y viva nuevamente, intentando realizar una obra científica con el comentario de otra.
La ciencia de la crítica literaria y la parcela del comentario de textos semiológico
Galvano della Volpe propone el nombre de ciencia de la literatura (o de la escritura) para el «discurso general cuyo objeto no es un significado dado, sino la propia pluralidad de los significados de la obra». La crítica literaria, según él, es el «discurso que asume abiertamente, afrontando su propio riesgo, la intención de dar un sentido particular a la obra».
La misión de la crítica literaria no reside en la erudición, la sistematización de la literatura, la capacidad de enseñarla o divulgarla exclusivamente. Consiste en estudiar la creación artística e interpretarla siguiendo esquemas metodológicos preconcebidos. Hoy en día, no se concibe una crítica exclusivamente impresionista. Aunque el subjetivismo es importante para cada lector, su lugar queda relegado a un segundo plano. Lo esencial es el uso de un código crítico aceptado y utilizado por la mayoría.
Comentar un texto: ¿explicar o juzgar? tras los pasos de su interpretación
El punto máximo de la condición humana se alcanza cuando se juzga, aun corriendo el riesgo de equivocarse. No se puede renunciar a este rasgo esencial de la humanidad; al contrario, conviene afinar el sentido crítico para sacar partido de los propios errores. Toda crítica es ambigua porque buscar iluminar la esencia del mundo y del hombre es difícil. Proponer una metodología universal que invalide esta ambigüedad es casi imposible, dada la complejidad de estas realidades. Por ello, es lógico y factible sostener que las obras literarias no tienen un único sentido, sino varios, diversos y válidos con un soporte científico.
Muchos esfuerzos actuales están encaminados a rescatar el estudio de la crítica literaria de las categorías ajenas que hasta ahora la sustentaban. Se trata de convertir el comentario de los textos literarios en una parcela científica, para lo cual se requieren tres condiciones básicas: tener un campo de estudio bien definido y delimitado, poseer un corpus organizado de principios y categorías propias, y llegar a conclusiones no teñidas de subjetivismo, sino que confluyan en un cierto consenso claramente delimitado del contenido del comentario de textos semiológico.
Elementos de narratología
La narratología, al igual que la lengua, se centrará principalmente en el nivel sintáctico. Primero examinará las proposiciones (enunciados narrativos mínimos, unidades sintácticas básicas) para luego integrarlas en las secuencias (conjunto de proposiciones narrativas conectadas entre sí). Según Todorov, existen tres tipos de conexiones entre las proposiciones narrativas: relación lógica o de implicación (donde una proposición causa está vinculada a una proposición efecto), representada gráficamente por «=>»; relación temporal (registro de las sucesiones temporales), representada por «+»; y relación espacial (paralelismo entre el espacio real y el ficticio), cuyo análisis no se detalla.
Niveles de comentario de textos semiológico: las miradas sobre el texto
Nuestro autor, distingue también tres categorías en el relato: primarias, compuestas por el nombre propio (el agente de la acción), el verbo (el predicado de la acción) y el adjetivo (que añade una atribución a la acción); secundarias de modo; y causales y temporales.
Otros modelos de comentarios de textos semiológicos incluyen los de Bédier, que analiza los fabliaux diferenciando términos invariables y variables en el relato; Veselovsky, que se enfoca en la determinación de motivos o átomos narrativos dentro de la trama; y Alan Dundes, con su estudio de los cuentos indios de Norteamérica. Considerando estos precedentes, nuestro modelo de análisis semiótico se centrará en los siguientes apartados:
a) Morfosintáctico: Determinaremos las unidades que constituyen la macroestructura (texto u obra a comentar) y cómo se articulan entre sí. Primero se cuantificarán, y luego se analizarán sintagmáticamente.
b) Semántico: Estableceremos las claves significativas que el texto literario encierra, ya sea de forma explícita o implícita.
c) Retórico: Finalmente, estudiaremos todos los recursos utilizados por el creador (especialmente los lingüísticos) para interactuar con el lector.
De cara al entrenamiento del comentario lingüístico de las oposiciones, contemplad estas tipologías, citando aportaciones de otros campos y prismas necesarios para dotar de una estructura redonda y completa al análisis.