¿Por qué es tan importante el estudio de la morfología
en las oposiciones de Lengua y literatura?
Taxonomías morfológicas (I)
Estudiar y practicar a fondo la morfología es un trabajo muy útil y provechoso en vuestra formación opositora. En este artículo, primero de una serie que dedicaremos a desentrañar las claves de estudio de la morfología aplicadas a las oposiciones, estudiamos las principales clasificaciones y taxonomías de la morfología.
Conocer dichas tipologías es una tarea previa al entrenamiento lingüístico-morfológico de descomposición y segmentación morgológica. Se trata de aspectos conceptuales aptos para crear un marco teórico-práctico muy enriquecedor en el ejercicio práctico de las oposiciones de Lengua y Literatura y en el desarrollo de los temas del bloque de gramática.
Mínimo trazado histórico de la morfología
El modelo de la gramática generativa de Chomsky
Con la publicación de Syntactic Structures (1957) y Aspects of the Theory of Syntax (1965), Chomsky introduce un modelo de gramática que se fundamenta en dos pilares teóricos claves: la concepción modular de la gramática y la organización de dichos módulos en niveles gramaticales. Este enfoque marca el inicio de una nueva era en la lingüística al desarrollar mecanismos sintácticos generativos y analíticos, como las reglas sintagmáticas y las transformacionales. Este modelo, mejoró el desarrollo, anquilosado y anacrónico, de la lingüística estructuralista.
Aplicación a fenómenos morfológicos
Algunos autores, como Lees (1960) o Soledad Varela (Fundamentos de morfología, Madrid, Editorial Síntesis, 1996) aplican estos mecanismos para analizar fenómenos morfológicos, como las nominalizaciones. El intento de explicar procesos morfológicos mediante reglas sintácticas da lugar a una reconsideración del lugar de la morfología dentro de la estructura gramatical.
Evolución de la relación entre morfología y sintaxis
Separación de componentes
En 1970, con la publicación de Remarks on Nominalization, Chomsky postula una distinción clara entre dos componentes de la gramática: la sintaxis y el léxico. Este trabajo marca un punto de inflexión en la concepción de la morfología, al redefinir el léxico como un componente autónomo con unidades y reglas propias, diferenciadas de las sintácticas.
Implicaciones del léxico autónomo
En estos momentos, el léxico deja de ser un simple almacén de irregularidades lingüísticas para concebirse como un sistema estructurado, compuesto por morfemas y reglas de formación de palabras. Así, el léxico y la sintaxis pasan a ser componentes independientes que explican la formación de diferentes tipos de unidades complejas.
Disquisiciones sobre la estructura de la gramática
Cuestiones iniciales
La concepción modular de la gramática y las relaciones entre sus componentes generan diversas preguntas: ¿Cuántos componentes tiene la gramática? ¿Son todos autónomos? ¿Están en el mismo nivel? Para los estudiosos de la morfología, estas preguntas se concretan en: ¿Qué es la morfología? ¿Cuáles son sus reglas y unidades? ¿Cuál es su lugar en la gramática?
Respuestas desde los modelos gramaticales formales
Desde 1970, diferentes modelos gramaticales formales han intentado responder estas preguntas. La primera propuesta fue sugerida por Chomsky en la citada obra Remarks… y desarrollada por Halle (1973) mediante la hipótesis lexicalista que sostiene la diferenciación del léxico respecto al componente sintáctico y sugiere que los procesos léxicos tienen una naturaleza distinta con reglas y unidades propias.
Debate en torno al concepto de morfología léxica
Unidad de análisis: ¿morfemas o palabras?
El debate se ha centrado principalmente en torno a las unidades de análisis. Algunos autores, como Siegel (1974), defienden el morfema como la unidad básica, mientras que otros, como Jackendoff (1975) y Aronoff (1976), prefieren la palabra léxica como unidad fundamental.
Morfología paradigmática
A partir de estas ideas, surge la morfología paradigmática, que se enfoca principalmente en los procesos flexivos, aunque algunos autores, como Rainer (2005), aplican este enfoque también a procesos derivativos y compositivos. La morfología paradigmática es una corriente de estudio que se inscribe dentro de la «morfología en sí misma». Podemos aplicarla como complemento óptimo de un novedoso y buen entrenamiento morfológico en las defensas de las programaciones, unidades y situaciones de aprendizaje. Concretamente en el apartado de actividades y tareas.
A diferencia de la corriente lexicalista mayoritaria, que se enfoca en la existencia de morfemas y en las Reglas de Formación de Palabras (RFP) para la creación de neologismos, la morfología paradigmática pone su énfasis en el papel del paradigma y la analogía. Este enfoque se centra en el mecanismo de la analogía como herramienta fundamental en la creación y reanálisis de palabras, considerando tanto la forma como el significado en el léxico, desde una perspectiva tanto sincrónica como diacrónica.
Principios fundamentales de la morfología paradigmática
La analogía como mecanismo central
El enfoque de la morfología paradigmática se desentiende de la segmentación en morfemas y sus propiedades individuales. En su lugar, se interesa por cómo la analogía actúa en los procesos de creación y reanálisis de palabras. Según este enfoque, la analogía mejora el desarrollo de funciones cruciales en la interpretación y reinterpretación del significado, influyendo en la estructura formal y semántica de las palabras.
Dimensión sincrónica y diacrónica
La morfología paradigmática reconoce que los paradigmas lingüísticos no solo tienen un efecto en el presente (dimensión sincrónica), sino que también influyen a lo largo del tiempo (dimensión diacrónica). Así, el paradigma puede ser una fuente de estabilidad y cambio dentro del lenguaje, afectando tanto la creación de nuevos términos como la evolución de los ya existentes.
La reinterpretación en la formación de nuevas palabras
El concepto de reinterpretación según Rainer
Rainer es uno de los autores que más ha desarrollado estas ideas, especialmente en su artículo de 2005 «Semantic Change in Word Formation». En este trabajo, Rainer establece que todos los mecanismos de cambio semántico en la formación de palabras derivan de un único proceso: la reinterpretación. Este proceso combina dos elementos clave: el cambio léxico-semántico y la reordenación.
Tipos de cambio léxico-semántico
El cambio léxico-semántico puede adoptar diversas formas, como la metáfora, la extensión o reducción del significado, la transferencia cohipónima, la etimología popular, la antífrasis, la auto-antinomia, la auto-conversión, el cambio semántico analógico, la metonimia y la elipsis. De todos estos procesos, la metonimia se destaca como el más significativo en la reinterpretación, aunque la metáfora, siendo importante en el cambio semántico general, tiene un papel más limitado en este contexto específico.
La reordenación (rearrangement)
Tras el cambio semántico, la reinterpretación también implica un proceso de reordenación, donde algunos rasgos del nuevo significado se asocian a la nueva palabra. Rainer distingue dos tipos de reordenación:
– Irradiación: aquí, la raíz puede irradiar un nuevo significado al sufijo y, por extensión, a la palabra derivada. En algunos casos, el sufijo puede ser el que influya en la raíz.
–Reestructuración: este tipo de reordenación implica un cambio en la estructura de los constituyentes de la palabra como resultado del cambio semántico.
Creación de neologismos
En la relación entre el paradigma de formación y el neologismo resultante, intervienen procesos como la metáfora o la metonimia. Estos procesos pueden afectar tanto al constituyente paradigmático (como el sufijo) como a la base de la palabra. Un ejemplo de esto es «papelitis«, creada por analogía con «tendinitis», o «fresquera«, formada por analogía con «chequera» o «tabaquera».
Corrientes de morfología paradigmática
Dentro de la morfología paradigmática, se distinguen dos corrientes principales. Una sustituye las Reglas de Formación de Palabras (RFP) por la analogía, mientras que la otra mantiene las reglas, pero basadas en mecanismos analógicos.
Descomposición de la palabra en morfemas
Reglas de Formación de Palabras (RFP)
El enfoque más aceptado es que las palabras se descomponen en morfemas, clasificados en raíces y afijos. Las RFP, introducidas por Halle (1973), indican cómo se combinan los morfemas para formar palabras existentes y excluyen aquellas mal formadas.
Restricciones y aplicaciones
Las reglas están sujetas a restricciones que afectan tanto a la base como a las combinaciones lexicales entre bases y aficos, determinando la categoría y las propiedades sintácticas y semánticas del derivado.
Las teorías de morfología léxica: fuerte y débil
La Hipótesis lexicalista general se divide en dos subclases: la Fuerte, que incluye la flexión dentro del lexicón, y la Débil, que sitúa la flexión en el componente sintáctico o postsintáctico. Esta última marcó un primer paso hacia la concepción de un marco común en el que se incardinan y conviven morfología y sintaxis (morfosintaxis).
Otras aportaciones: la estructura léxico-conceptual y la morfología en sí misma
Estructura léxico-conceptual
Jackendoff, en 1990, propone un nivel de análisis basado en la “estructura léxico-conceptual” (ELC), donde las piezas léxicas se descomponen en primitivos semánticos, organizados jerárquicamente según sus funciones semánticas. Este enfoque estudia la interacción de los procesos de formación de palabras con la estructura argumental y eventiva de los morfemas implicados.
Morfología en sí misma: modelos de morfología léxica
Morfología léxica en español
El modelo lexicalista es el marco predominante en los estudios morfológicos sobre el español en las últimas décadas. Este enfoque adopta el morfema como unidad de análisis, destacándose los estudios sobre sufijos y prefijos, como los trabajos de Ignacio Bosque, Soledad Varela, Ramón Almela o Martín García (2007) sobre el sufijo -ear.
Innovaciones y restricciones
El lexicalismo ha incorporado contribuciones de otros campos, como la semántica conceptual. Autores como Felíu (2009) han propuesto análisis detallados de sufijos como -dero, explorando su uso en formaciones categorialmente distintas, mientras que otros estudios han investigado prefijos como auto-, co- e inter-.
Otros autores, como Pena, también han contribuido a la morfología paradigmática, aunque con variaciones en los principios fundamentales. En su artículo «La relación derivativa» (2003), Pena analiza los diferentes niveles de la relación derivativa, enfocándose en la homonimia y sinonimia dentro de los paradigmas. Pena busca resolver las discordancias entre la estructura morfológica de una palabra y su interpretación semántica, proponiendo dos enfoques principales:
– Asociativo: que defiende una relación sistemática entre la estructura formal y la semántica.
– Disociativo: que apoya la separación entre ambas estructuras.
Principio de composicionalidad y paradojas de encorchetamiento
Pena también estudia la relación derivativa dentro de una misma palabra a lo largo de los diferentes estadios de su derivación, lo que se denomina «Principio de Composicionalidad» (siguiendo la estela de Frege) . Sin embargo, algunas formaciones, como «antigripal» en «vacuna antigripal», no cumplen con este principio, presentando las llamadas «paradojas de encorchetamiento», que en este modelo se explican por el efecto del paradigma.
Resolviendo la asimetría morfológica
Dentro de un determinado afijo o procedimiento de formación de palabras, puede surgir la «asimetría morfológica». Esto ocurre cuando un mismo afijo expresa distintos significados, o un mismo significado se transmite mediante diferentes afijos. La solución propuesta por la morfología paradigmática es el «modelo asociativo débil», que asocia a una sola RFP aquellos procedimientos de formación que expresan un mismo significado y una relación categorial única entre la base y la palabra derivada.
Modelos sintácticos: morfología distribuida
Principios y operaciones sintácticas
Algunos autores proponen que los procesos morfológicos se gestionan completamente en la sintaxis. Ejemplos de ello son el Principio del Espejo de Baker (1985, 1988) y la Morfología Distribuida (MD) de Halle y Marantz (1993), donde las propiedades de las palabras tienen naturaleza sintáctica, y sus características morfológicas se derivan de la estructura sintáctica.
En morfología distribuida las palabras se forman en la sintaxis a partir de raíces no categorizadas y proyecciones funcionales, que les otorgan categoría al combinarse con ellas.
Otros enfoques: morfología y fonología
Morfología autosegmental y prosódica
Otros autores han explorado los procesos morfológicos mediante principios fonológicos, como en la morfología autosegmental (McCarthy 1979) y la morfología prosódica (McCarthy y Prince 1986). Estos enfoques rechazan la existencia de reglas morfológicas lineales y proponen principios prosódicos jerárquicos para la formación de palabras.
Teoría de la optimidad
En los años 90, Prince y Smolensky (1993) desarrollan la Teoría de la Optimidad, un modelo fonológico que reemplaza las reglas de formación de palabras por restricciones jerarquizadas, permitiendo al hablante determinar la forma óptima de una palabra.
Aunque la noción de morfología derivativa es útil, y a la que siempre acudimos para mejorar el entrenamiento en el práctico de oposiciones, no resuelve todos los casos de entrecruzamiento o asimetría morfológica. La creación de un nuevo afijo homónimo cada vez que aparece un significado distinto o una relación categorial diferente no es una solución económica. En cambio, se sugiere que cuando las palabras derivadas comparten un mismo afijo y presentan varios significados asociados a una misma relación categorial, estas podrían estar construidas mediante una misma RFP.
Noción de paradigma derivativo
Según Porto Da Pena, es esencial partir de una noción menos restringida de paradigma derivativo, donde la relación categorial no necesariamente sea única. Esta perspectiva permite la coexistencia de sufijos sinónimos y homónimos dentro de un mismo paradigma. El requisito clave para adscribir uno o más afijos a un paradigma es la unicidad semántica, es decir, que expresen un mismo significado. Si un mismo afijo expresa más de un significado, se trataría de afijos homónimos.
En morfología derivativa, es posible y necesario estudiar por separado los procedimientos formales y la estructura de los significados. Aunque los procedimientos son esenciales para distinguir significados, son los significados en sí los que están organizados estructuralmente.
El paradigma derivativo que codifica agentes, acciones y actos referidos a modos habituales y peyorativos del comportamiento humano (como bribón, bribonear, bribonada) es ilustrado por Rifón para mostrar esta visión.
Conclusiones: convivencia de paradigmas
La morfología ha sido objeto de diversos enfoques a lo largo de las décadas, desde el modelo lexicalista hasta las propuestas sintácticas y fonológicas. Cada enfoque ofrece una perspectiva única sobre los procesos de formación de palabras y sus interacciones con otros componentes gramaticales.
La morfología paradigmática ofrece una visión holística de la formación de palabras, donde el paradigma juega un papel central, pero no único. La suma de todos los efectos paradigmáticos y las variantes observadas en cada caso específico contribuyen al significado último del paradigma. Este enfoque resalta la importancia de la analogía y la reinterpretación en los procesos morfológicos, proporcionando un marco teórico para entender la complejidad y riqueza del lenguaje.
Consejos finales: el estudio de la morfología en las oposiciones de Lengua y Literatura
Las taxonomías anteriormente explicadas son muy útiles, pues conforman, todas ellas, un conglomerado de visiones, posturas y actitudes frente al hecho morfológico. Ahora bien, el entrenamiento morfológico en las oposiciones dimana de la base de la tradición morfológica, comúnmente aceptada. Aceptamos como válidas ramas de estudio morfológico como la morfología léxica y la morfología derivativa. Sendas disciplinas se encuentran en los “limes” del nivel léxico-semántico. La creación de palabras enriquece y ensancha las posibilidades del caudal léxico. En este sentido, las posibilidades del léxico van más allá de la mera importación de neologismos. En gran medida, los procesos de creación léxica nacen de la productividad que procuran los mecanismos morfológicos.
Este estudio exhaustivo y especializado, nos servirá para mejorar el comentario lingüístico-gramatical en lo que afecta a la morfología. En este apartado deberéis plasmar las conclusiones derivadas de la observación morfológica: procesos derivativos predominantes, creación de nuevas palabras, parasíntesis, composición, derivaciones, fraseología, etc. Estos apartados deberán estar debidamente estructurados dentro de un todo coherente.