Observemos el tratamiento del mito en esta composición. Es elocuente del periodo el tratamiento que le da el autor ¿Acertarías a relacionar esta composición con otra anterior? Si es así, ¿podrías indicar la principal diferencia en el enfoque que el autor le da al mito?
Este soneto, por cierto, ya se propuso en un examen práctico de oposición de Murcia.
Bermejazo platero de las cumbres,
A cuya luz se espulga la canalla,
La ninfa Dafne, que se afufa y calla,
Si la quieres gozar, paga y no alumbres.
Si quieres ahorrar de pesadumbres,
Ojo del cielo, trata de compralla:
En confites gastó Marte la malla,
Y la espada en pasteles y en azumbres.
Volvióse en bolsa Júpiter severo;
Levantóse las falda la doncella
Por recogerle en lluvia de dinero.
Astucia fue de alguna dueña estrella,
Que de estrella sin dueña no lo infiero:
Febo, pues eres sol, sírvete de ella.
Localización literaria del texto
El carácter de Quevedo, agresivamente atento al desgaste que sufrían las fórmulas expresivas, puso muy pronto en solfa los tópicos literarios de su época. Bajo ese espíritu reductor caen los mitos más queridos del Renacimiento.
D. Alonso comentó de este soneto en que se reduce la fábula de Apolo y Dafne al mundo rufianesco y prostibulario: «si la quieres gozar, paga y no alumbres». Del mismo tono participa el romancillo Hero y Leandro en paños menores.
Las imágenes poéticas se desvirtúan al ser reducidas a su literalidad:
Codicia os puse de vender los dientes / diciendo que eran perlas,…
o al contrastarlas con las denominaciones degradadoras:
en vos llamé rubí lo que mi abuelo
llamara labio y jeta comedora.
Las convenciones literarias son ridiculizadas en el romance en que Procura enmendar el abuso de las alabanzas en los poetas. El metaforismo (labios de claveles, mejillas de rosa, etc.) nos ofrece «una mujer ensalada, / toda de plantas y yerbas».
Como parodista, Quevedo caló enseguida en los recursos gongorinos y explotó para su poesía sarcástica los cultismos, hipérbatos, fórmulas de contraste, etc. característicos del cordobés.
El gran poema paródico de Quevedo es, sin duda, las Necedades y locuras de Orlando el enamorado, que merece capítulo aparte.