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¿Contextualizamos? 11-12

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    Nuevo texto, a pesar de la intensa sesión de hoy, para el ejercicio de contextualización. Guardia relación con el soneto visto en clase.

    ¿Podéis establecer estas relaciones?

    Si a la región desierta, inhabitable,
    por el hervor del sol demasïado
    y sequedad d’aquella arena ardiente,
    o a la que por el hielo congelado
    y rigurosa nieve es intractable,
    del todo inhabitada de la gente,
    por algún accidente
    o caso de fortuna desastrada,
    me fuésedes llevada,
    y supiese que allá vuestra dureza
    estaba en su crüeza,
    allá os iria a buscar, como perdido,
    hasta morir a vuestros pies tendido.
    Vuestra soberbia y condición esquiva
    acabe ya, pues es tan acabada
    la fuerza de en quien ha d’esecutarse;
    mirá bien qu’el amor se desagrada
    deso, pues quiere qu’el amante viva
    y se convierta adó piense salvarse.
    El tiempo ha de pasarse,
    y de mis males arrepentimiento,
    confusión y tormento
    sé que os ha de quedar, y esto recelo,
    que aun desto yo me duelo:
    como en mí vuestros males son d’otra arte,
    duélenme en más sensible y terna parte.
    Así paso la vida, acrecentando
    materia de dolor, a mis sentidos,
    como si la que tengo no bastase;
    los cuales para todo están perdidos,
    sino para mostrarme a mí cuál ando.
    Pluguiese a Dios que aquesto aprovechase
    para que yo pensase
    un rato en mi remedio, pues os veo
    siempre ir con un deseo
    de perseguir al triste y al caído;
    yo estoy aquí tendido,
    mostrándoos de mi muerte las señales,
    y vos viviendo sólo de mis males.

    Si aquella amarillez y los sospiros
    salidos sin licencia de su dueño,
    si aquel hondo silencio no han podido
    un sentimiento grande ni pequeño
    mover en vos, que baste a convertiros
    a siquiera saber que soy nacido,
    baste ya haber sufrido
    tanto tiempo, a pesar de lo que basto,
    que a mí mismo contrasto,
    dándome a entender que mi flaqueza
    me tiene en la estrecheza
    en que estoy puesto, y no lo que yo entiendo:
    así que con flaqueza me defiendo.

    Canción, no has de tener
    comigo que ver más en malo o en bueno;
    trátame como ajeno,
    que no te faltará de quien lo aprendas.
    Si has miedo que me ofendas,
    no quieras hacer más por mi derecho
    de lo que hice yo, quel mal me he hecho.

    La trayectoria poética de Garcilaso

    En esta ocasión se trata de la Canción I, compuesta según Lapesa (La trayectoria poética de Garcilaso, 1985, Madrid: Alianza) hacia 1528 (Ver Doc. del Curso de preparación: «Garcilaso»). En esta composición podéis apreciar nuevamente el sentimiento de dolor por el rechazo amoroso que hace pensar en la muerte. El dolor es equilibrado y el diálogo con la dama se sustenta en una enumeración de reproches a su esquividad. La distancia entre la realidad y el deseo llevan a la frustración y el dolor. Garcilaso es un testigo claro de este sentimiento tan profundamente doloroso.

    Ya sabéis que el año 1533 podría reseñarse como el momento que marcaría la conversión total a los cánones estéticos italianos: Petrarca, como maestro de toda la revolución poética que se opera en el Quattrocento italiano y Sannazaro como coetáneo. Este último sería quizá el que más influyó en su poesía. Su Arcadia (1504, en la edición veneciana) le proporcionó nuevos recursos literarios, unos de carácter temático (la naturaleza idealizada como escenario de la acción); otros de raigambre estilística (la adjetivación, que es claramente distinta antes y después de 1533).