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Hacemos un paréntesis de fin de semana para traeros el examen práctico de las oposiciones de Lengua castellana y Literatura de Castilla y León en la actual convocatoria de 2024. Bastantes opositores y opositoras, que han realizado el examen en la mañana de ayer, sábado 22 de junio, en Segovia, coinciden en el carácter inesperado del texto. La nota positiva es que los aspirantes que hayáis logrado analizar sus claves filosóficas y formales, contextualizándolo adecuadamente tenéis muchas posibilidades para superar una prueba en la que puede haber cierta criba, por el sentir general de los opositores y opositoras.
Texto del examen práctico de oposiciones de Castilla y León de 2024: “El Golem” de Borges.
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
“Esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga”.
Y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. “¿Cómo” (se dijo)
“pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?”.
“¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?”.
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
¿Cómo encarar el comentario lingüístico-literario?
Este poema, compuesto por 72 versos endecasílabos distribuidos en trece serventesios y cinco cuartetos, destaca por su extensión y su densidad ideológica y conceptual. La cuestión ha sido: «realizar un comentario sobre aspectos literarios, culturales y lingüísticos en función de su contribución al sentido global del mensaje” . Para realizar un comentario de un texto de esta extensión y densidad ideológica en dos horas hay que tener las ideas preclaras y saber aplicarlas mediante un adecuado esquema de desarrollo.
En esta convocatoria de 2024, el examen práctico de oposiciones de Lengua y Literatura de Castilla y León se diferencia de convocatorias anteriores precisamente por la extensión y el hermetismo del texto propuesto para el análisis.
Algunas ideas para la realización del examen práctico de oposiciones de Lengua castellana y Literatura de Castilla y León
Lenguaje, conocimiento y realidad: el lenguaje como medio de acceso al conocimiento de la realidad
El arranque del texto es netamente filosófico. Para explicar y desentrañar sus claves filosóficas es necesario tener nociones de Filosofía del lenguaje. Personalmente he de decir que fue una disciplina que cursé dentro del Grado de Filosofía de la UNED , de la que guardo gratos recuerdos y a la que acudo con frecuentes lecturas.
Según Eduardo de Bustos Guadaño ( Filosofía del lenguaje, 2013, Madrid, UNED), las reflexiones filosóficas prearistotélicas sobre la naturaleza del lenguaje giran en torno a la siguiente cuestión: ¿es el lenguaje un medio válido o fiable para acceder al conocimiento de la realidad? . En un principio, este problema se concretó en el de la justeza o propiedad de los nombres, primero propios, luego comunes. La forma en que se abordó este problema antes de Platón y Aristóteles fue fijarse en su origen, en los motivos en que un supuesto o mítico onomaturgo (impositor de denominaciones) pudiera haber tenido para nombrar a las realidades, tanto individuales como generales.
Primera alusión al Crátilo de Platón
La primera alusión a la obra clásica en la que se expone la contraposición entre naturalismo y convencionalismo es el Crátilo de Platón. En ella, las tesis convencionalistas están expuestas por Hermógenes y las naturalistas por Crátilo. En esta obra, Platón ofrece un resumen general de las teorías anteriores (arcaicas) sobre la naturaleza del lenguaje, más precisamente, de la denominación: los nombres han sido impuestos por alguien (divino o humano) que ha tenido conocimiento de las cosas. Por tanto, los nombres expresan ese conocimiento. El acceso a la esencia de las cosas incluye el conocimiento de las propiedades que poseen, junto al conocimiento de su uso. Por tanto, quien designa las realidades y crea los nombres es una especie de artesano o tecnólogo, y no propiamente un sabio o un científico.
Las alusiones a Adán y al “paraíso originario” apuntan a las primeras denominaciones por obra y gracia del onomaturgo que la teología ve Dios. En el Crátilo, Sócrates representa una postura equilibrada. Mediante el recurso dialéctico lleva esas posturas a tesis extremas, descalificando ambas.
En definitiva nos encontramos ante una trasposición del auténtico problema originario de la naturaleza de los nombres a la naturaleza de la verdad. Esta postura contrasta, por ejemplo, con las ideas de Wittgenstein sobre el lenguaje. En su Tractatus (1921) defendió una teoría general del simbolismo lingüístico, apoyada en el pensar, decir y mostrar. Para Wittgenstein la realidad que emerge del lenguaje no es objetiva, sino que es una figuración que nos hacemos de ella.
El problema filosófico de la denominación
La base filosófica inicial adquiere nuevos matices que apuntan al sentido opositivo entre Adán y el Golem. Este último, según la leyenda más difundida, fue creado por el rabino Judá León “ que era rabino de Praga” (v. 20), como Dios habría creado a Adán a partir del barro. Su principal problema es que “no aprendió a hablar” . Apreciamos, por tanto, un cambio muy importante del tópico narrativo: la designación tiene un origen divino y en ella se encuentra la esencia misma de la realidad mentada (“ en las letras de ‘rosa’ está la rosa/ y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’”, vv. 2-3). El Golem no fue criatura de Dios, al contrario que Adán, capaz de pronunciar “terrible Nombre” del pecado original. Toda vida, encarnada y vivificada en su nombre, procede de Dios. Ningún ser mortal puede emular o alcanzar tal gracia.
Las difusas lindes entre la realidad y lo ficticio en el universo literario de Borges
En el universo borgiano identificamos constantes filosóficas sometidas a la circularidad de un eterno retorno. En su obra, el relativismo y la duda nos abocan al desconcierto, pues, a la manera del realismo mágico, no somos capaces, en ocasiones de discernir entre lo real y lo aparente o ficcional.
Para adentrarse en la hermenéutica interpretativa del texto es necesario conocer sus referencias filosóficas. Hay que saber interpretar sus alusiones, su estilo narrativo, las referencias bíblicas, la sustancial diferencia entre Adán y el Golem. En el cuento El relato y la máscara Borges reflexiona sobre el poder del lenguaje para acceder a la realidad. El lenguaje nos permite, por tanto, adentrarnos en la esencia de las cosas nombradas. El problema se encuentra en la forma lineal de acontecer del lenguaje frente a la instantaneidad de la realidad misma.
El comentario temático y lingüístico
Contextualizado el texto y explicada la densidad temática de la composición, corresponde, después, desarrollar comentario lingüístico de niveles: fónico, morfológico, sintáctico, léxico-semántico, pragmático, etc. Los planos formales definen un estilo característico que expande el pensamiento en la cláusula sintáctico-versal. No nos detendremos en analizar estos puntos. Por contra, sí sintetizaremos algunas claves temáticas del texto.
Ideas lingüísticas de Platón
La primera idea dimana de la concepción de filosofía del lenguaje de Platón. El nombre está motivado, es decir, habría una relación causal entre propiedades de la realidad extralingüística y el nombre en cuestión, relación que podía ser concebida de modo diferente por los hombres y por los dioses. Resulta bastante significativo que el poema aluda a la “rosa” y al “Nilo”, palabras invariables a lo largo de los siglos. He aquí una alusión que nos conduce a un primer momento (anterior a la Biblia) en la reflexión filosófica que explica el lugar central que el lenguaje ocupó en la etimología. Se produce una correspondencia entre nombre y la realidad que designa.
El fracaso de Judá León al intentar emular a Dios
En la segunda estrofa “sediento de saber lo que Dios sabe” Judá León aspira a conseguir la denominación divina con “permutaciones de letras/y complejas variaciones”. Y al fin intentó enseñar a un muñeco (“El Golem”) , “ que con torpes manos /labró (en el barro)”, los arcanos de las realidades metafísicas del tiempo y del espacio. Lo bautizó con el apodo de “Golem” . A pesar de sus intentos, “algo anormal y tosco hubo en el Golem” , que replicaba movimientos , copiaba “devociones”, se “ahuecaba”…, es decir, tenía movimiento, pero era incapaz de articular palabra (¡hasta el gato del rabino se escondía al escuchar su voz hueca!).
El rabino fracasó, pues, en su intento de emular a Dios: crea una criatura con movimiento, que mimetiza (he aquí una crítica a la filosofía mimética del lenguaje) movimientos y posturas, pero carece de la cordura e inteligencia necesarias para hablar.
La síntesis pagana y cristiana: un trazado de la historia de la filosofía del lenguaje
En el poema se trasluce una evolución desde el origen mismo de las denominaciones de origen divino (“esa madeja que en lo eterno se devana”), que la filosofía del lenguaje prearistotélica supo explicar. Las culturas primitivas creían que existía una relación mágica entre la palabra y la cosa designada. Asimismo, esta idea aparece en el misticismo hebreo de «La Cábala», de ahí la alusión a los cabalistas. Los cabalistas creyeron que , mediante la lectura e interpretación de los textos sagrados se podría acceder al conocimiento de la lengua perfecta, que dimana de la sabiduría divina. He aquí la idea de creación del mundo como fenómeno lingüístico. El lenguaje crea realidades nombrándolas. Después, el pensamiento cristiano intentó dotar de significado al mismo principio (“al principio era el verbo”, y ese verbo era el mismo Dios). Dios creó a Adán, que, a diferencia del Golem, sí pudo pronunciar “ese terrible Nombre” del pecado, capaz de cifrar la «esencia de Dios» y su “omnipotencia” . Según esta concepción, solo Dios es capaz de denominar la realidad por él mismo creada. El rabino intentó emularlo sin éxito, labrando una criatura de barro como Dios creó al hombre.
He aquí, que las dicotomías : «antes-después», «Ayer-mientras-ahora», «derecha-izquierda» o «yo-tú» » nos recuerdan a Saussure y sus oposiciones lingüísticas. De la separación entre lo inteligible y lo sensible se fundamenta otra dicotomía: significado-significante.
Conclusiones finales
Para la realización de este ejercicio, tal y como acabamos de ver, es necesario contextualizar la contemporaneidad del poema en base a las referencias, ideas y conceptos que alberga, caracterizados en sus dimensiones lingüísticas y filosóficas.
Un adecuado desarrollo de este examen práctico de las oposiciones de Lengua castellana y Literatura de Castilla y León de 2024 requiere conocimiento, no tanto de la leyenda del Golem, como sí de las ideas filosóficas y lingüísticas que subyacen en el texto. En el hibridismo genérico borgiano se desintegran las barreras que imponen las tradicionales taxonomías genéricas. Tal es su juego e innovación constantes con la literatura. Esta composición es un ejemplo. El lirismo característico de la función poética cede paso a las ideas lingüísticas. El Golem es el pretexto, la anécdota. Lo importante es saber interpretar el sistema filosófico (“cultural”) inmerso. Con inteligencia y audacia, una característica común a toda la literatura borgiana, Borges nos ofrece una síntesis de la evolución filosófica de la lengua en el reducido espacio versal propio del género poético. He aquí una doble experimentación con la forma y el fondo, sustancia del contenido/sustancia de la expresión, como quería Hjelmslev.
Desde preparadorlengua.com os deseamos muchísima suerte, fuerza y ánimo a todos los opositores y opositoras en el actual proceso de oposiciones de Lengua castellana y Literatura de Castilla y León de 2024.