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Tratamos en esta entrada uno de los aspectos que a menudo pasa desapercibido y al que, en líneas generales, no prestamos la atención que merece en las pruebas orales de las oposiciones.
Se trata de los fenómenos prosódicos del habla (entonación, acento, ritmo y velocidad de emisión). Estuvimos viendo que un buena elaboración de la defensa ha de apoyarse en un discurso bien construido y fundamentado, caracterizado por la precisión terminológica y conceptual que dimana de su dimensión didáctica y curricular.
Velocidad elocutiva vs. descuido de la prosodia
La rapidez de emisión del discurso oral no significa que estemos descuidando las cualidades de su buena elaboración. Para evaluar la competencia oral utilizamos recursos prosódicos que permiten materializar un discurso bien construido, coherente y adecuado.
Los fenómenos y unidades que componen el nivel suprasegmental son relativamente poco conocidos en nuestra materia e incluso para fonetistas y fonólogos. Aquí apuntamos conceptos como entonación, melodía, acento, intensidad, pausas y ritmo que determinan una correcta y adecuada producción oral.
Una buena prosodia hace más agradable el discurso
Las unidades suprasegmentales (sílabas y grupos entonativos) asumen un papel muy representativo a la hora de organizar el discurso oral de forma jerárquica y organizada. El acento léxico y la entonación adquieren firmeza e identidad en el seno de estas unidades. Remarcar bien los acentos y delimitar las pausas son apoyos para la práctica de perfeccionamiento de la prosodia.
Hace algunos años, asistí a un curso de la RESAD, “Viaje a la entonación del verso”, en el que nos enseñaban las técnicas necesarias para una correcta recitación. Repetíamos una y otra vez diferentes palabras, marcando el acento e intensificando el tono de las unidades versales de los textos dramáticos barrocos seleccionados con la carga del acento de intensidad. Este ejercicio, muy utilizado en la formación dramática, sirve para sedimentar las facultades de una buena entonación.
Una correcta expresión oral depende de multitud de factores como la adecuada estructuración del contenido discursivo o la precisión léxica, pero también del dominio de los elementos suprasegmentales. Un discurso expositivo como el de la unidad o programación didácticas necesita de una pronunciación inteligible, que lo haga atractivo e inteligible.
Evitar el exceso de pausas
Determinadas producciones orales, caracterizadas por un exceso de pausas, delatan titubeo, falta de decisión y determinación e inseguridad en la emisión de ideas y conceptos. Un discurso oral marcado por una exagerada delimitación de las pausas se convierte en un sumatorio de secuencias lingüísticas discontinuas. Asimismo, una elocución bien definida y estructurada debe considerar la importancia de las pausas, sobre todo al cambiar de tópico, pero sin llegar a exagerar su presencia, pues restan fluidez y ligereza a un discurso que, por necesidad, debe ser rápido y dinámico.
La modalidad asertiva caracteriza por la ausencia de cambios bruscos o repentinos en el tonema. Sí será importante delimitar los focos contrastivos a la hora de enfatizar determinados conceptos. Con nuestro discurso cerrado y completo, muchas veces representado , evaluaremos “qué prosodia suena mejor” de entre las numerosas posibilidades de conversión texto-habla. Controlamos nuestra enunciación con adecuación al estándar entonativo sin llegar a la extrema afectación.
Un aspecto poco tenido en cuenta, pero muy importante
La eficacia y adecuación comunicativa de nuestros textos orales en las oposiciones de Secundaria (unidad y programación) dejarán un poso en forma de cualidad definida: “agradable”, “sugerente”, “alegre” o “dinámica” . El tribunal realizará una evaluación holística: forma oral y contenido forman parte del mismo «tándem» de la evaluación.
Si en una entrada pasada decíamos que una buena presentación del escrito incide positivamente en la calificación del tema, también una buena emisión fónica, la foné semantiké, es decir, la articulación fónica que significa, atendiendo al fin del objetivo en él considerado, se define como una excelente forma de “presentación del contenido” mediante el material fónico con el que adquiere corporeidad y presencia.
Defectos mínimos a evitar en la defensa oral
Hay que evitar a toda costa los cortes, las interrupciones, el discurso caótico, desestructurado, la ausencia de marcas entonativas, la divagación, la incoherencia de ideas, la monotonía tonal, el discurso discontinuo, la falta de linealidad y la elocución brusca, impulsiva y fragmentada.
El enfoque de enseñanza competencial de nuestra materia de Lengua castellana y Literatura bebe directamente del enfoque comunicativo . Otras disciplinas como inglés llevan utilizándolo desde hace tiempo. Desde su implantación en nuestra materia, sobre todo a raíz de la creación del Marco Común Europeo de Referencia al Portfolio Europeo de las Lenguas, la legislación educativa no ha hecho sino afianzarlo y expandirlo. Las competencias específicas 2 y 3 de los currículos 217/2022 y 243/2022 LOMLOE apuntan a la oralidad en sus vertientes de recepción y producción. Un planteamiento que avanza en la misma dirección a la del real decreto 1105/2014 LOMCE, cuyo primer bloque de contenidos, “Comunicación: escuchar y hablar” reconoce la necesidad de trabajar y desarrollar la oralidad en las aulas.