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¿Contextualizamos? 15-4-2020

    Seguimos con la preparación de nuestro ejercicio de contextualización literaria. En esta ocasión suprimo intencionadamente el nombre del personaje a ver si sois capaces de identificar el procedimiento literario empleado. ¿A quién puede pertenecer?

     Sobre una loma, entre granados y palmas, mirando al vasto mar y al sol poniente, encendía los azulejos de sus redondas cúpulas coloniales San Martín de los Mostenses. En el campanario sin campanas levantaba el brillo de su bayoneta un centinela. San Martín de los Mostenses, aquel desmantelado convento de donde una lejana revolución había expulsado a los frailes, era, por mudanzas del tiempo, Cuartel del Presidente Don Santos Banderas: Tirano Banderas […]

        El Generalito acababa de llegar con algunos batallones de indios, después de haber fusilado a los insurrectos de Zamalpoa: inmóvil y taciturno, agaritado de perfil en una remota ventana, atento al relevo de guardias en la carpa barcina del convento, parece una calavera con antiparras negras y corbatín de clérigo.

    En el Perú había hecho la guerra a los españoles, y de aquellas campañas veníale la costumbre de rumiar la coca, por donde en las comisuras de los labios tenía siempre una salivilla de verde veneno. Desde la remota ventana, agaritado en una inmovilidad de corneja sagrada, está mirando las escuadras de indios, soturnos en la cruel indiferencia del dolor y de la muerte.

    A lo largo de la formación chinitas y soldaderas haldeaban corretonas, huroneando entre las medallas y las migas del faltriquero, la pitada de tabaco y los cobres para el coime. Un globo de colores se quemaba en la turquesa celeste, sobre la campa invadida por la sombra morada del convento. Algunos soldados, indios comaltes de la selva, levantaban los ojos. Santa Fe celebraba sus famosas ferias de Santos y Difuntos. Tirano Banderas, en la remota ventana, era siempre el garabato de un lechuzo […]

    En el fragmento presente de Icono del tirano aparece la forma pura del esperpento que Valle definirá en Luces de Bohemia y que subtituló «esperpento». Así, Tirano Banderas (1926) es una novela esperpéntica sobre un supuesto dictador hispanoamericano. Apreciamos en la composición lo distorsionado de la visión y el deslumbrante elaboración del lenguaje, enriquecidos por americanismos muy evocadores. El propio Tirano aparece animalizado como «garabato de un lechuzo».

    Según varias corrientes críticas, el esperpento no es único de Valle-Inclán: aparece en Quevedo y, si cabe, en el Arcipreste de Hita. Lo realmente novedoso y singular, lo innovador y original se encuentran en la forma de tratamiento, que deriva al existencialismo y a la deformación vanguardista contemporánea.

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