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Ofrecemos un nuevo poema para preparar la contextualización literaria. Debéis atender a las alusiones textuales, la forma versal y la lengua literaria con el objetivo de establecer las premisas de la forma más adecuada posible.
RESPUESTA Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. Que tú me entendieras a mí sin palabras como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes. Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. Criatura también de alegría quisiera que fueras, criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte. Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil, y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde… Si ahora yo te dijera que es tu vida esa roca en que rompe la ola, la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste, aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha, aquel niño que azota la mar con su mano inocente… Si yo te dijera estas cosas, amigo, ¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente, qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos? Y ¿cómo saber si me entiendes? ¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos? ¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte? ¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna, poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste? Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras como tú me entendieses.
Efectivamente, como has señalado, Virginia, el poema está escrito en verso libre, pero con una rima asonante ocasional e-e. Pertenece al poemario Alegría (1947) de José Hierro. La palabra clave para la contextualización es precisamente esa, «alegría»: «Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve/…./Criatura también de alegría quisiera que fueras[…]». La alegría aparece como el elemento culminante en una suerte de proceso místico en el que se avanza a través del dolor. El propio José Hierro nos dice: «llegué por el dolor a la alegría».Y precisamente el hecho de poder haber llegado a ese estado de iluminación plena permite al poeta integrarnos en la comunión con una mirada prístina y consciente de la realidad que nos circunda. Alcanza también a la inteligencia y a la propia consciencia del ser.
El mismo José Hierro reconoció que no pertenecía a ninguna corriente, escuela literaria o estética. Su libertad creativa impregnó toda su producción poética de principio a fin. He aquí la singularidad de su mentalidad creativa, volcada en la concepción de un cosmos en el que alegría y pena fueron los ejes principales de su temática. La metafísica de Hierro mira, por tanto, a la interioridad de los seres humanos.
Nos encontramos ante un poema no estrófico y sin rima, con un lenguaje sencillo, claro y en la que el poeta está presente desde el primer verso: “Quisiera que tú me entendieras”. Al mismo tiempo, ese primer verso pone de manifiesto desde el punto de vista semántico su deseo de comunicación con el interlocutor.
Por todas estas razones considero que podría tratarse de una poesía de los poetas de los 50, en los que lo social, si bien sigue siendo importante, pero ya no se describe con la fiereza de los años 40. Aquí dice el poeta que deberían entenderle “sin palabras”, quizá igual que como debía entenderse Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, con ese silencio, con esas palabras no dichas que evidenciaban la censura impuesta.